Empapelaron el barrio para pedir justicia por "Coquito"

Empapelaron el barrio para pedir justicia por "Coquito"

Sepultaron al adolescente baleado en medio del tiroteo entre delincuentes y policías.

INDIGNACION. Amigos de Ariel, el chico asesinado, piden justicia con afiches. Su madre está conmocionada. LA GACETA/INES QUINTEROS ORIO INDIGNACION. Amigos de Ariel, el chico asesinado, piden justicia con afiches. Su madre está conmocionada. LA GACETA/INES QUINTEROS ORIO
25 Mayo 2009
Ambos actuaron ante la vista de varias personas. En plena calle, esgrimieron sus armas y dispararon. En la última semana, dos violentos episodios causaron conmoción entre los tucumanos. En los barrios Obispo Piedrabuena y "La Bombilla" , los vecinos afirman que los ataques que sufrieron el chico Ariel Ledesma y el cabo Walter Brandán no son hechos aislados. "Esto es tierra de nadie", dijo Carlos, de 39 años, quien estuvo presente en el momento en que era baleado el menor de 13 años, durante la madrugada del sábado.
Brandán recibió un disparo en el cuello el jueves a la mañana, mientras realizaba servicios adicionales en barrio Juan XXIII, conocido como "La Bombilla". Según los investigadores, el agresor es un menor de 17 años que el día anterior habría tenido un incidente con policías del área investigativa de la seccional 6a. "A Brandán le disparó simplemente porque tenía puesto el uniforme", dijo preocupado un comisario que trabajó en el caso.
El cabo, de 33 años y padre de familia, está internado en el Hospital Padilla. Los médicos lograron estabilizarlo, pero su pronóstico es reservado. El menor, en tanto, sigue detenido en el Instituto Roca, imputado de tentativa de homicidio. "Nos preocupa lo que pasa en las calles. Si a Brandán, que tenía el uniforme puesto, lo balearon así, ¿qué puede llegar a pasarnos a nosotros?", se preguntó Sergio, que trabaja en la empresa para la cual prestaba servicios adicionales el cabo. "Ya no respetan ni a los policías", dijo Carmen Chavarría, tía de la víctima, minutos después del ataque.

Aterrorizados
Un clima similar se vive en barrio Obispo Piedrabuena, situado en Villa 9 de Julio. Allí, los vecinos dicen que viven aterrorizados por los delincuentes; en especial, por "El hijo del rengo Toita", quien, se sospecha, realizó los disparos que acabaron con la vida de Ledesma el sábado a la madrugada. "Cuando pienso que el hombre que mató a mi bebé sigue libre, se me pone la piel de gallina. Necesito que lo atrapen", dijo Miriam Pérez, madre de la víctima. La muerte de "Coquito", como llamaban cariñosamente a Ariel, causó conmoción en el barrio. Ayer, decenas de vecinos y familiares concurrieron al sepelio. Incluso, sus amigos colgaron afiches en la fachada de su casa, ubicada en pasaje Martín Fierro al 1.000. "Justicia por ?Coquito?" y "Basta de impunidad" son algunas de las leyendas que expresan la indignación por la tragedia.
Ariel falleció en el Centro de Salud a las 3.30 del sábado. Tres horas antes, estaba jugando al fútbol con un grupo de adolescentes en la esquina de pasaje 1º de Mayo y Justo de la Vega. De repente, comenzó un tiroteo entre un agente de Policía y dos delincuentes, conocidos como "El hijo del rengo Toita" y "Guillo", según testigos. Desde una moto, el primero habría efectuado entre tres y siete tiros con un arma de grueso calibre. Uno de los proyectiles recorrió unos 60 metros y le dio a Ariel en la zona cervical. "El hijo del rengo Toita" y "Guillo" están prófugos y son buscados por agentes de la División?Homicidios y de la seccional 10a. "Me aterra saber que el asesino de mi hijo está libre. Todos saben que es muy peligroso", dijo preocupada Miriam.

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