10 Mayo 2009
COMPLICACIONES GRAVES PERO NO INTERESANTES. El filósofo Santiago Kovadloff sostiene que la Argentina tiene problemas más cercanos al siglo XIX que al XX.
El Sabato de Aramburu
José Pablo Feinmann comparó la muerte de Pedro Eugenio Aramburu con la de Manuel Dorrego y recordó que Ernesto Sabato había abordado el tema en su novela Sobre héroes y tumbas. Se quedó callado un segundo, pensativo, y agregó: "Espero no convertirme en el ?Sabato de Aramburu?; si me pasa eso, me pego un tiro". La frase desató la risa de la mayor parte de las 400 personas que lo escuchaban. "Parece que en la Feria ya no hay tantos lectores de Sabato", remató Guillermo Saccomanno.
Dilemas de un progresista
"Me pregunto quién lee los libros de Feinmann, quién compra los libros que se venden a 50 pesos. Me temo que la mayoría no lee Ser y tiempo, y que muchos vienen a esta Feria a escucharlo a Santiago Kovadloff o a Juan José Sebreli. Entonces no entendieron nada de lo que dice José (Feinmann)", dijo Saccomanno.
Debatir sin desenfundar
"La Argentina tiene problemas graves, pero no interesantes. Tiene problemas más cercanos al siglo XIX que al XX. El país aún no está maduro para que se dejen de odiar la izquierda y la derecha. Hay que poder debatir sin desenfundar. La confrontación entre el líder y la sociedad lleva a una brutal idealización inversa. Nada ayuda más a desarrollarnos que la capitalización del fracaso", sentenció Santiago Kovadloff en una de las conferencias del ciclo "Pensar la democracia", organizado por la Fundación El Libro.
El asesinato de la literatura
"La publicación de best sellers me parece absolutamente legítima. No está mal que exista un circuito en el que se venden textos entretenidos, fáciles de digerir, que no exigen mucha concentración, que apuntan a gente que busca ese material. Lo que resulta cuestionable es la venta de este tipo de productos como alta literatura. En lo personal, lo que me molesta del bestsellerismo es que remite a cifras, al lenguaje de la economía. Pero, más allá de los números, porque hay libros que por misteriosas razones terminan vendiendo mucho, el bestsellerismo es aquello que se ajusta a las expectativas de quienes lo consumen. Si se escriben 200 páginas de un policial con enigma intelectualoide, tenemos casi asegurada la venta. Si fracasa económicamente, sigue siendo un best seller porque fue ejecutado para vender", planteó el escritor Martín Kohan en la mesa de debate titulada "El asesinato de la literatura".
En el mismo acto, el escritor y editor Damián Tabarovsky complementó el argumento de Kohan: "antes había una línea clara detrás de la cual se agrupaban los best sellers y en la que aparecían autores como Ken Follet o Frederick Forsyth. Pero aparecen fenómenos relativamente nuevos, como los de Haruki Murakami o Paul Auster, con libros tranquilizadores con los que el lector cree que accede a la cultura. La literatura, en cambio, está presente en los textos que renuevan la sintaxis, que perturban al lector."
El fenómeno Cucurto
"Washington Cucurto hace un pastiche dominicano, neobarroco y cumbiantero. Creo que el fenómeno que se genera en torno de Cucurto no habla mal de él, sino del estado de cosas en la cultura argentina. No es el escritor de las masas populares, porque estas no tienen escritor; tienen un conductor televisivo, que es Tinelli. El fetichismo Cucurto deriva de la fascinación esnob y discriminatoria que replica el fenómeno que se produce con la cumbia: la adopción de un género popular por sectores no populares que lo incorporan como propio pero con un aire de sarcasmo, de desprecio. Los que veneran a Cucurto son ?chicos modernos? que se divierten haciendo ?cosas de negros?, de la misma manera en que lo hacen cuando bailan Gilda? Creo que el fenómeno es una suerte de intento de falsa reconciliación, posmenemista y poscrisis 2001, entre ciertos sectores de la burguesía con los sectores postergados", sentencia Kohan.
José Pablo Feinmann comparó la muerte de Pedro Eugenio Aramburu con la de Manuel Dorrego y recordó que Ernesto Sabato había abordado el tema en su novela Sobre héroes y tumbas. Se quedó callado un segundo, pensativo, y agregó: "Espero no convertirme en el ?Sabato de Aramburu?; si me pasa eso, me pego un tiro". La frase desató la risa de la mayor parte de las 400 personas que lo escuchaban. "Parece que en la Feria ya no hay tantos lectores de Sabato", remató Guillermo Saccomanno.
Dilemas de un progresista
"Me pregunto quién lee los libros de Feinmann, quién compra los libros que se venden a 50 pesos. Me temo que la mayoría no lee Ser y tiempo, y que muchos vienen a esta Feria a escucharlo a Santiago Kovadloff o a Juan José Sebreli. Entonces no entendieron nada de lo que dice José (Feinmann)", dijo Saccomanno.
Debatir sin desenfundar
"La Argentina tiene problemas graves, pero no interesantes. Tiene problemas más cercanos al siglo XIX que al XX. El país aún no está maduro para que se dejen de odiar la izquierda y la derecha. Hay que poder debatir sin desenfundar. La confrontación entre el líder y la sociedad lleva a una brutal idealización inversa. Nada ayuda más a desarrollarnos que la capitalización del fracaso", sentenció Santiago Kovadloff en una de las conferencias del ciclo "Pensar la democracia", organizado por la Fundación El Libro.
El asesinato de la literatura
"La publicación de best sellers me parece absolutamente legítima. No está mal que exista un circuito en el que se venden textos entretenidos, fáciles de digerir, que no exigen mucha concentración, que apuntan a gente que busca ese material. Lo que resulta cuestionable es la venta de este tipo de productos como alta literatura. En lo personal, lo que me molesta del bestsellerismo es que remite a cifras, al lenguaje de la economía. Pero, más allá de los números, porque hay libros que por misteriosas razones terminan vendiendo mucho, el bestsellerismo es aquello que se ajusta a las expectativas de quienes lo consumen. Si se escriben 200 páginas de un policial con enigma intelectualoide, tenemos casi asegurada la venta. Si fracasa económicamente, sigue siendo un best seller porque fue ejecutado para vender", planteó el escritor Martín Kohan en la mesa de debate titulada "El asesinato de la literatura".
En el mismo acto, el escritor y editor Damián Tabarovsky complementó el argumento de Kohan: "antes había una línea clara detrás de la cual se agrupaban los best sellers y en la que aparecían autores como Ken Follet o Frederick Forsyth. Pero aparecen fenómenos relativamente nuevos, como los de Haruki Murakami o Paul Auster, con libros tranquilizadores con los que el lector cree que accede a la cultura. La literatura, en cambio, está presente en los textos que renuevan la sintaxis, que perturban al lector."
El fenómeno Cucurto
"Washington Cucurto hace un pastiche dominicano, neobarroco y cumbiantero. Creo que el fenómeno que se genera en torno de Cucurto no habla mal de él, sino del estado de cosas en la cultura argentina. No es el escritor de las masas populares, porque estas no tienen escritor; tienen un conductor televisivo, que es Tinelli. El fetichismo Cucurto deriva de la fascinación esnob y discriminatoria que replica el fenómeno que se produce con la cumbia: la adopción de un género popular por sectores no populares que lo incorporan como propio pero con un aire de sarcasmo, de desprecio. Los que veneran a Cucurto son ?chicos modernos? que se divierten haciendo ?cosas de negros?, de la misma manera en que lo hacen cuando bailan Gilda? Creo que el fenómeno es una suerte de intento de falsa reconciliación, posmenemista y poscrisis 2001, entre ciertos sectores de la burguesía con los sectores postergados", sentencia Kohan.
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