30 Abril 2009
No creen que el riesgo sea elevado, pero saben que mejor es prevenir. Los empleados de algunos hoteles tucumanos son, quizá, los primeros en la provincia en adoptar la costumbre de usar barbijos para establecer contacto con otras personas. Según manifestaron, aunque no es urgente, el cuidado no está de más, si se tiene en cuenta que tratan a diario con personas que vienen de distintas partes del mundo.
"Uso el barbijo porque tengo los síntomas de una gripe común y no quiero contagiar a mis compañeros. Además, desde la recepción, trato con visitantes de varios países y debo extremar las medidas preventivas", explicó Vanesa, quien trabaja en un hotel ubicado en 25 de Mayo al 200.
Al mismo tiempo, trascendió que la mayoría de los alojamientos recibió un documento con consejos y cuidados que deben guardar sus trabajadores, teniendo en cuenta el alerta mundial por la epidemia de gripe porcina.
Otras consecuencias
Por otro lado, según informó el diario porteño "La Nación", el temor a la enfermedad está provocando otras consecuencias que no tienen que ver estrictamente con lo sanitario. El presidente de la Asociación Argentina de Productores de Porcinos, Juan Uccelli, aseguró que esta semana disminuyó el consumo de carne de cerdo.
En los últimos días, la baja de la comercialización fue de entre un 1 % y un 2 %, o sea, entre 10.000 y 15.000 kilos. "Los números aún no son significativos, pero la mala denominación de la gripe afectó a la industria", manifestó Uccelli, que recordó que el consumo de cerdo no está relacionado con la transmisión del virus.
La enfermedad se denominó en un primer momento gripe porcina, pero recientemente la Organización Mundial de la Salud la rebautizó como influenza A. De todas maneras, los productores del sector creen que la ventas seguirán cayendo, influenciadas por la psicosis que se generó en torno al tema. LA GACETA ©
"Uso el barbijo porque tengo los síntomas de una gripe común y no quiero contagiar a mis compañeros. Además, desde la recepción, trato con visitantes de varios países y debo extremar las medidas preventivas", explicó Vanesa, quien trabaja en un hotel ubicado en 25 de Mayo al 200.
Al mismo tiempo, trascendió que la mayoría de los alojamientos recibió un documento con consejos y cuidados que deben guardar sus trabajadores, teniendo en cuenta el alerta mundial por la epidemia de gripe porcina.
Otras consecuencias
Por otro lado, según informó el diario porteño "La Nación", el temor a la enfermedad está provocando otras consecuencias que no tienen que ver estrictamente con lo sanitario. El presidente de la Asociación Argentina de Productores de Porcinos, Juan Uccelli, aseguró que esta semana disminuyó el consumo de carne de cerdo.
En los últimos días, la baja de la comercialización fue de entre un 1 % y un 2 %, o sea, entre 10.000 y 15.000 kilos. "Los números aún no son significativos, pero la mala denominación de la gripe afectó a la industria", manifestó Uccelli, que recordó que el consumo de cerdo no está relacionado con la transmisión del virus.
La enfermedad se denominó en un primer momento gripe porcina, pero recientemente la Organización Mundial de la Salud la rebautizó como influenza A. De todas maneras, los productores del sector creen que la ventas seguirán cayendo, influenciadas por la psicosis que se generó en torno al tema. LA GACETA ©
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