“Es importante evitar reuniones”
Soy un tucumano que reside en la ciudad de Cancún, México, desde hace varios años. Estamos un poco sugestionados con el tema de la gripe porcina, ya que van 96 horas desde el primer caso y el gobierno “dice” que hasta ahora se registraron 149 muertos. En la ciudad de Cancún no se usan aún barbijos. Sin embargo, se han suspendido las clases y los eventos culturales (fútbol, cine, teatro, etc). En la ciudad de México y en el Distrito Federal es donde se reportan más contagios. Para que se den una idea, la Policía y el Ejército reparten barbijos en las avenidas y en las estaciones de tren y de autobuses. Se nota muy poca concurrencia en las calles. Los restaurantes casi no funcionan, al igual que los centros comerciales. Los niños no van a las plazas y se prohibió realizar ejercicios al aire libre en lugares públicos. Para evitar mas contagios es importante evitar reuniones.
Armando
[email protected]
“Miedo en altas dosis”
Desde que comenzó a circular la palabra influenza, y más tarde, fiebre porcina, la vida comenzó a cambiar dramáticamente en México. Algo tan cotidiano como el saludo quedó sencillamente vedado: no se puede estrechar la mano a nadie en la calle, y menos, dar un beso en la mejilla; ahora circula un curioso saludo que consiste en chocar codos para evitar contacto con las manos. Ya en la capital del país, donde la psicosis es mayor, hay supermercados que están dando indicios de desabastecimiento en algunos productos. La gente tiene la idea de proveerse para no salir por varios días hasta que las defunciones disminuyan, o el cerco sanitario esté lo suficientemente aceitado para la contingencia. En la Cruz Roja hay colas de gente buscando evacuar cualquier duda ante la aparición de algunos de los síntomas que se parecen a una gripe común. No hay otro tema de conversación. Estornudar en un colectivo es detonar miedo en altas dosis. Las calles no lucen vacías, pero sí con mucha menos gente, porque hasta el 6 de mayo se suspendieron las clases. Cada vez es más habitual ver la imagen de transeúntes ajustando sus barbijos en una postal digna de una película apocalíptica del mainstream hollywoodense. Sencillamente la vida es otra. Si alguno de los miembros de la familia tiene un atisbo de tos, fiebre o catarro, es confinado a la cuarentena domiciliaria: con enseres propios y apartados del resto. Como dice la letra de Influencia, de Charly García: “Puedo ver y decir, puedo ver y decir y sentir, algo ha cambiado bajo tu influencia”.
Luciano Núñez
[email protected]
“Quieren ocultar otros problemas”
Soy un tucumano de 56 años que vive en Aguascalientes, México, desde 2004. La verdad es que no está comprobado que la influenza haya infectado a tantas personas o que haya causado muertes. Lo que hay aquí es terror, pánico. Lo inició el presidente; se paró el país. Creo que quieren ocultar otros problemas reales. Este es un problema menor cuantificado a limites de películas de terror. Lo que sí es de terror es que el gobierno de Aguascalientes haya contratado profesionales como yo y no haya pagado los honorarios vencidos desde el 2007; el narcotráfico; gobernantes narcotraficantes, drogadictos, alcohólicos y corruptos; policías que forman bandas de secuestradores; las guerras entre cárteles por ganar territorios; ejecuciones entre narcos, y policías corruptos. Por otro lado, los barbijos son de un material de mala calidad. Además, la mayor parte de los contagios se dan por el contacto de las manos sucias, tal como sucede con todas las enfermedades endémicas que hay en México. Hablando claro, hay mucha falta de higiene, y la mejor manera de combatir el virus es lavándose con agua, jabón o alcohol.
Hugo Alderete
[email protected]