29 Abril 2009
EN FAMILIA. Luciano Núñez con su esposa e hijos en Cancún.
Luciano Nuñez es un periodista tucumano, de 34 años, que a comienzos del milenio se instaló con su familia en el paradisíaco Cancún, que hoy atraviesa uno de los momentos más dramáticos de su historia reciente, pues ese destino turístico está sintiendo los efectos de la crisis provocada por la gripe porcina.
"No hay otro tema de conversación. Estornudar en un colectivo es detonar miedo en altas dosis, un miedo que provoca aislamiento en donde cada uno hizo de su casa una isla, por lo que en las calles hay poca gente y los bares están vacíos", contó a LA GACETA.
Según Luciano, la vida cambió drásticamente en México desde la aparición de la epidemia. "Algo tan cotidiano como el saludo quedó sencillamente vedado. No se puede estrechar la mano a nadie en la calle, y menos, un beso en la mejilla; ahora circula un curioso saludo que consiste en chocar codos para evitar contacto con las manos", contó.
Por otro lado, relató que comenzaron a verse señales de que escasean algunos productos, "hay supermercados que están dando indicios de desabastecimiento, especialmente en alimentos, bajo la idea de que cada familia se provea de todo para no salir por varios días hasta que las defunciones disminuyan, o el cerco sanitario lo permita".
Finalmente, comentó que las cosas se han complicado en las últimas horas, tanto que hasta se suspendieron los masivos festejos del Día del Niño y de la Madre, y todos los actos que congreguen a más de 80 personas en un mismo recinto. "Parece una película sobre el fin del mundo de Orson Welles", sostuvo. LA GACETA ©
"No hay otro tema de conversación. Estornudar en un colectivo es detonar miedo en altas dosis, un miedo que provoca aislamiento en donde cada uno hizo de su casa una isla, por lo que en las calles hay poca gente y los bares están vacíos", contó a LA GACETA.
Según Luciano, la vida cambió drásticamente en México desde la aparición de la epidemia. "Algo tan cotidiano como el saludo quedó sencillamente vedado. No se puede estrechar la mano a nadie en la calle, y menos, un beso en la mejilla; ahora circula un curioso saludo que consiste en chocar codos para evitar contacto con las manos", contó.
Por otro lado, relató que comenzaron a verse señales de que escasean algunos productos, "hay supermercados que están dando indicios de desabastecimiento, especialmente en alimentos, bajo la idea de que cada familia se provea de todo para no salir por varios días hasta que las defunciones disminuyan, o el cerco sanitario lo permita".
Finalmente, comentó que las cosas se han complicado en las últimas horas, tanto que hasta se suspendieron los masivos festejos del Día del Niño y de la Madre, y todos los actos que congreguen a más de 80 personas en un mismo recinto. "Parece una película sobre el fin del mundo de Orson Welles", sostuvo. LA GACETA ©
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