"La ciudad parece una película que atemoriza"

Rodrigo Laguarda vive en el Distrito Federal en México, es doctor en Antropología Social y profesor e investigador del área de Historia Oral del Instituto de Investigaciones doctor José Luis Mora, en la ciudad de México. A través de un e-mail describió para LA GACETA lo que ocurre en su país a partir de la aparición de la gripe porcina, y su sensación ante a este enemigo casi invisible.
"Eran las 23 del 23 de abril, un horario inusual, cuando el gobierno anunció la suspensión de las clases en todos los niveles en la capital mexicana. Así se inició la ola de llamadas telefónicas entre familiares y amigos transmitiendo la noticia, con el fin de evitar una innecesaria salida a primera hora del día siguiente, y no tornar inútiles las prevenciones".
"Fue el primero -de otros comunicados oficiales- que confirmaba lo que suele ocurrir en un país donde las grandes verdades se maquillan o dosifican, pero que los habitantes de la ciudad de México ya comentaban días antes: una epidemia azota la urbe".
"Pero a partir del bombardeo de información en los medios y tras conocerse la muerte de decenas de personas y de cientos de enfermos, los consejos sanitarios obligaron a cancelar reuniones y asambleas, a evadir, en la medida de lo posible, lugares públicos y a minimizar el contacto físico".
"La experiencia de encontrar la ciudad en que se vive amenazada por una epidemia es desconsoladora. Las avenidas lucen casi desiertas y los restaurantes y bares vacíos o cerrados. El temor es visible en la ausencia y el silencio. La gente acata la recomendación y se queda en casa; y quienes salen a la calle llevan barbijos. El cuadro evoca las taquilleras películas que atemorizan al espectador, con sombrías visiones sobre el futuro", concluyó Laguarda.