"Soy una mujer común que puede equivocarse"

MADRID (Especial para LA GACETA, por Irene Benito).- "No quiero convertirme en un mito aunque, lamentablemente, a veces no lo consiga. La gente me hace mística. A veces cree que soy la Virgen María. Me tocan, me besan, me piden que no afloje, y yo veo cómo se les eriza la piel y cómo lloran. Y todo eso a mí me agrada, lo agradezco, pero me preocupa porque soy una mujer común que puede equivocarse". Por mucho que le pese a ella, España recibe a Estela Barnes de Carlotto (Buenos Aires, 1930), presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, como modelo en su género. También lo es la actriz Pilar Bardem (Sevilla, 1939), abanderada española de los derechos humanos, con quien Carlotto dialogó en un anfiteatro madrileño entregado a los aplausos.
Pero antes de aportar su grano a los homenajes a las mujeres que en esta época crecen y mueren por doquier, la abuela confiesa a LA GACETA que acepta los reconocimientos por la asociación que preside, que funciona desde hace 31 años y que ha recuperado a 97 nietos arrebatados de sus familias legítimas durante la última dictadura militar. "Es una advertencia para los tiranos que hay en el mundo. Los crímenes que cometan no quedarán impunes y serán las mujeres las que luchen para que eso ocurra. En Argentina nunca más se van a atrever a interrumpir un gobierno constitucional", dijo.

- ¿No tiene miedo de que la idolatría desvirtúe los ideales que la empujaron a luchar?
- No existe riesgo. En nuestra asociación nos hemos preparado para que nuestra acción no sea ni banal ni temporaria, sino que perdure hasta que podamos saber dónde están los 30.000 desaparecidos de la dictadura, recuperar a los 500 nietos que nos robaron y que cada responsable del genocidio en la Argentina pague con todo el peso de la ley y la justicia. No queremos venganza ni tenemos odio. También trabajamos para que el pueblo argentino recupere su dignidad.

- El mes pasado, los periodistas españoles cuestionaron a Cristina porque no conversó con los disidentes del régimen cubano. ¿Usted se interesa por los que dicen ser víctimas de violaciones de derechos humanos en Cuba?
- Se comenta que hay presos políticos, pero entiendo que Fidel Castro, que fue víctima de cientos de atentados contra su vida, y de espías de todos los colores, tiene que tener un control estricto sobre su gente en el sentido de identificar a los traidores a la patria... Hay mujeres de blanco que han formado una institución para pedir que los liberen. Pero, ¿alguien se acuerda de que muy cerca está la prisión de Guantánamo? Ojalá que Barack Obama cumpla con la promesa de cerrarla. Siento que a Cuba le caen las acusaciones porque se ha defendido de la esclavitud y Estados Unidos, ese monstruo, no se lo perdona. Ellos tienen pena de muerte, matan en Irak y en Afganistán, y nadie dice nada.

- ¿Son todas mentiras las críticas sobre Cuba?
- No creo que exista violación a los derechos humanos en la isla ni tengo por qué decir si un partido único es o no democrático. Estuve en la plaza de la Revolución un 1º de Mayo -aniversario de la llegada al poder del Partido Comunista- de hace algunos años y creo que los millones que estaban ahí vivando a Fidel no hacían teatro sino que representaban la realidad de un pueblo. Puede que haya disconformidad, pero no es cierto que la oposición no pueda expresarse. El fin de que exista cierto control estricto es la preservación de la independencia de Cuba.