Conseguir cospeles se ha convertirdo en una penuria para los miles de usuarios que deben trasladarse en ómnibus. La especulación por un posible aumento en el precio del boleto hizo desaparecer las fichas de los quioscos céntricos. No obstante, voceros del Concejo Deliberante reiteraron que no se están estudiando subas.
A la falta de cospeles se suma la escasez de monedas, lo que agrava el problema de los usuarios de ómnibus. Si pagan el boleto con $ 1,50 o con un billete de $ 2, el chofer no les da vuelto en el primer caso o les da solamente 50 centavos en el segundo. Esos 10 centavos, según los empresarios, no son rendidos por los choferes. Lo mismo ocurre cuando van a comprar cospeles y no tienen $ 1,40 justo. En consecuencia, el precio real del boleto urbano se ha convertido en $ 1,50 aunque no son las empresas de ómnibus las que se benefician con esta suba forzada.
El edil Esteban Dumit (PJ), vicepresidente de la Comisión de Transporte del Concejo, confirmó que no llegó ningún pedido de los empresarios del transporte para aumentar el precio de los cospeles y que tampoco los concejales tienen en mente hacerlo.
Sin explicación
José Mrad, titular de Trapasa, advirtió que la empresa comercializadora de cospeles también está sufriendo la escasez de fichas. "Esto nos perjudica mucho; habitualmente ingresan unos 90.000 cospeles por día para cambio y ahora, sólo 60.000. Nos estamos quedando sin cospeles, y no hay forma de controlar la situación", declaró. Según Mrad, pueden ser los mismos pasajeros los que están guardando los cospeles.
En la calle
Los quiosqueros admitieron que cada vez les envían menos cospeles. Damián, empleado de un quiosco de la peatonal Muñecas, comentó que antes recibía cuatro bolsas de 100 cospeles por la mañana y tres a la tarde, y ahora le dan cuatro para todo el día. "Ahora vienen día por medio y no me dejan la misma cantidad que antes", informó Romina Núñez, empleada de un drugstore de Maipú y Cordoba. Rodolfo Fernando López pasó de recibir 2.000 cospeles por semana a 1.000 y ahora a 500. El comerciante reconoció que muchas veces niega que tanga cospeles porque los reserva para sus clientes habituales. Por su parte, Paola Diarte, encargada de un drugstore de Córdoba al 700 dijo que ya no le entregan cospeles todos los días.