Cristina define una estrategia para enfrentar la crisis global

BUENOS AIRES.- La presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, se reunirá hoy con un centenar de embajadores argentinos con el fin de profundizar y coordinar las acciones para defender los mercados de los productos nacionales y procurar minimizar los efectos de la caída mundial de la demanda.
La estrategia del Gobierno argentino apunta a intensificar los contactos con aquellos países con los cuales ya existe un vínculo comercial y con otros potenciales clientes, para sufrir el menor impacto posible de la crisis global a nivel local.
Ese también será el espíritu que tendrá la reunión con un centenar de diplomáticos, que comenzará hoy y finalizará el miércoles. Los funcionarios serán instados a profundizar los lazos con otros países, sobre todo en términos económicos.
El encuentro tendrá la modalidad de un seminario de trabajo organizado por el canciller Jorge Taiana en el Palacio San Martín, donde la jefa de Estado dialogará con los representantes argentinos en el mundo.
El jefe de Gabinete, Sergio Massa, señaló que la convocatoria se realizó para transmitir al cuerpo diplomático que “la Argentina necesita una nueva Cancillería, que articule mercados y que las embajadas se transformen en oficinas comerciales de la Argentina”.

Conquista
“Vamos a salir a buscar mercados, porque lo que para algunos es una dificultad, para nosotros es una oportunidad. La pérdida del crédito de muchos países por la crisis internacional le quita oportunidades de hacer negocios a empresas extranjeras, en un momento en que el sistema financiero argentino está sólido”, analizó Massa. “Hay que buscar esos mercados y que nuevos productos argentinos ingresen a nuevas góndolas del exterior”, completó el jefe de Gabinete. A su vez, el canciller Taiana consideró fundamental coordinar esfuerzos en áreas clave como la macroeconomía, para la recuperación mediante políticas fiscales y monetarias orientadas a fortalecer la demanda mundial.
El ministro de Relaciones Exteriores también habló de la necesidad de que se ponga en marcha una nueva arquitectura financiera internacional y la democratización de los organismos multilaterales de crédito, que permita aumentar y mejorar la participación en las decisiones de los países en desarrollo. (DyN)