03 Marzo 2009
La crisis impone cambio de hábitos en el mercado laboral. Uno de ellos es vencer la cultura del “no se puede”, con la negatividad propia de aquel jefe o empleado que lo tiene “todo cocinado” o lo hace todo “de memoria”. Este problema suele originarse en el mismo lenguaje, en el mensaje que el trabajador o el ejecutivo transmite a diario, advierte la experta Graciela Chamut. La crisis resulta ser un tiempo difícil para todos. La clave, según los especialistas, pasa por considerarse cada uno como una empresa. “Es necesario preservar el prestigio convirtiendo el trabajo de supervivencia económica en otro de trascendencia individual y colectiva”, dice Chamut.
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