Cristina y Zapatero preservan el vínculo bilateral
El mandatario español instó a no confundir la discrepancia en la gestión de la crisis de Aerolíneas Argentina con un clima de tensión. La Presidenta dijo que la expropiación fue un resultado no buscado por el Gobierno. Se reunirá con empresarios españoles.
MADRID (Especial para LA GACETA, Irene Benito).- Sin rencores y con una perspectiva favorable al afianzamiento de la relación estratégica. Con ese discurso se dirigieron a la prensa los presidentes Cristina Fernández de Kirchner y José Luis Rodríguez Zapatero, al término de un encuentro de poco más de una hora en el Palacio de la Moncloa, sede del Poder Ejecutivo de España.
Zapatero, que instó a no confundir la discrepancia en la gestión de la crisis de Aerolíneas Argentinas -está involucrado el Grupo Marsans, de origen español- con un clima de tensión, dijo que las relaciones comerciales entre ambos países son positivas en el 99% de los casos.
Cristina, en tanto, aclaró que la expropiación de la aerolínea de bandera fue un resultado no buscado por el Gobierno y destacó que la decisión final recayó en el Congreso de la Nación, la institución que representa al pueblo argentino. “Se ha dramatizado mucho con este asunto. Hoy charlábamos de que los argentinos heredamos de los españoles nuestra condición de apasionados”, bromeó.
Rodríguez Zapatero elogió la decisión diplomática de llevar una posición común a la próxima reunión del G-20, que tendrá lugar en Londres, el 22 de este mes (España no es miembro originario de ese Grupo, pero ha conseguido una invitación, en parte gracias a la intermediación de los miembros latinoamericanos).
Las propuestas del jefe de Estado español incluyen la reforma de los organismos multilaterales de crédito. “Deben tener una composición más equilibrada y equitativa”, dijo.
El mandatario también planteará la asignación al Fondo Monetario Internacional (FMI) del poder de supervisar los mercados financieros y la supresión de los paraísos fiscales.
Fernández de Kirchner, a su vez, abogó para que el próximo encuentro del G-20 sea una oportunidad para tomar decisiones que impacten en la ciudadanía. “Y no otra demostración del ’reunionismo’ que tanto nos gusta a los políticos, que corremos el riesgo de quedarnos en una mera catarsis de la crisis”, teorizó la mandataria. “Por supuesto que seguiremos promoviendo la inversión en la Argentina”, espetó el presidente español, que recordó que hay un vínculo afectivo y de sangre entre ambos países. “Más allá de lo económico, lo que importa es que sigue viva la interrelación entre nuestros ciudadanos”, agregó Zapatero.
A modo de confirmación de esa tesis -y como ya había hecho durante la mañana en el Ayuntamiento de Madrid-, Fernández de Kirchner recordó que tres de sus cuatro abuelos nacieron en España. “José Luis, tú sabes lo que eso significa”, agregó con una sonrisa cómplice.
En el resumen que hizo del estado de la relación bilateral, la Presidenta omitió deliberadamente hablar de Marsans.
“No les quitaré a ustedes, señores y señoras periodistas, el placer de preguntarme sobre el tema”, anunció con ironía. Abierto el turno de preguntas -sólo autorizaron seis, tres por la prensa de cada país-, Fernández reiteró que no tiene previsto reunirse con los ex propietarios de Aerolíneas y que aún no han concluido las negociaciones respecto del contrato de compra de aviones que Marsans tiene con Airbus.
Sí, en cambio, comentó que durante la gira se verá con los directivos del Banco Santander, Abertis, Gas Natural, Repsol y Telefónica. Estos encuentros -que se harán hoy- son los únicos contactos de la Presidenta con el sector privado español. Se trata de grupos económicos que ya invierten en la Argentina. Respecto de Telefónica, existe un problema potencial por las acciones que esta multinacional adquirió en la francesa Telecom. La operación puede dar lugar a un monopolio en el sector de las telecomunicaciones, categoría prohibida en el ordenamiento jurídico argentino, y a otro nubarrón en las relaciones diplomáticas con España.
Cristina, que hizo intervenciones extensas, interrumpió de manera intempestiva a Zapatero cuando respondía una consulta sobre política doméstica. Quedaba pendiente la pregunta sobre la situación de Telefónica, pero la jefa de Estado levantó la ronda de declaraciones con la excusa de que Mariano Rajoy, líder del Partido Popular y principal opositor a Zapatero, llevaba 23 minutos esperándola en el Palacio de El Pardo, donde la mandataria se aloja. Frente al estupor de la prensa española, que nunca había visto proceder de ese modo a un jefe de Estado extranjero, Cristina dio las gracias y rápidamente se marchó.
Anoche, Cristina participó de la cena de gala ofrecida por los reyes de España, Juan Carlos I y Sofía en el Palacio Real de Madrid. Por la mañana, el rey recibió a la presidenta y a su comitiva en el palacio El Pardo, donde una guardia militar le rindió honores como jefa de Estado.