La Copa Libertadores, nacida en los albores de los sesenta, luce más joven de lo que declara el almanaque, y sus bodas de oro remiten al elixir de la pasión sudamericana por el balompié.
En el planeta fútbol, el torneo es ya una marca registrada, sólo superada por otro certamen a nivel de equipos, la Liga de Campeones de Europa. Y tal como sucede del otro lado del Atlántico, cada año los hinchas pasan varios meses en vilo, con el tradicional trofeo como preciado objeto de deseo.
Desde que fue creada la Libertadores fue creciendo en prestigido y en envergadura: ahora son 32 los equipos que empiezan cada año con la ilusión de gritar campeón. En el continente se crearon otros certámenes como la Mercosur y la Merconorte, pero ninguna de ellas pudo opacar la pasión que genera la Copa.