01 Febrero 2009
Cada loco, con su locura. La obsesión compulsiva afecta, al menos, al 3% de la población argentina, estimada en 36 millones de habitantes. Cerca de 1,1 millón de personas manifiesta una suerte de ritual cotidiano que desnuda ansiedad, estrés, superstición y temores. En cada familia suele haber alguien que se obsesiona por la limpieza, por el miedo a perder las llaves o los documentos y hasta aquel que mira el reloj a cada instante, preso del tiempo. Según los especialistas consultados por LA GACETA el peor remedio para combatir esos trastornos es burlarse o reírse de ese tipo de comportamiento. Muchos apelan a las terapias para modificar o controlar esas conductas.
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