El término "obsesiones" es muy antiguo. Desde siempre se dijo comúnmente "estás obsesionado por algo o por alguien". Estar obsesionado con un tema es no poder dejar de verlo o justamente observarlo, no poder alterar la rutina para seguir siempre con ese tema. Hoy en día este trastorno se conoce como "trastorno obsesivo-compulsivo" (TOC). La obsesión y la compulsión son primos hermanos de esta dificultad, son recursivos y mutuamente se estimulan y de alguna manera se necesitan. La importancia de este trastorno ha crecido enormemente dado que se encuentra en los llamados trastornos de la ansiedad, la cual es un síntoma básico en el TOC.
En mi opinión vivimos con un nivel de exigencia enorme. Cada vez se trabaja más para producir lo mismo. Como dice Zygmunt Barman, "nuestra sociedad se parece a una pista de hielo pero resquebrajada, tenemos que ir más rápido para no hundirnos en ella. Nuestras seguridades han disminuido y por ende han aumentado nuestros rituales y obsesiones".
Obligación y deuda
Los que padecen de este trastorno se dicen a sí mismos: "debo hacer esto", lo cual suena como una obligación y una deuda y les produce un gran desgaste psicofísico. De esta manera, va disminuyendo la generación de placer para sí mismo, ya que "el deber ser" como la norma lo indica hace más rígida la estructura y la conducta de la persona.
Contrariamente a lo que permite el placer: flexibilidad para la resolución de un problema o una situación dada. Es decir, una persona flexible puede tener mayores alternativas para la solución de la problemática diaria.
Al término del día estas personas terminan exhaustas, cansadas y hasta casi deprimidas debido a que todo el día estuvieron haciendo sólo lo que "debían hacer", disminuyendo la cuota de placer de su vida, pensando cosas irracionales y eso les agota el cuerpo y la mente. Además por su autoexigencia son personas que dudan mucho en tomar una decisión, dado que quieren hacer lo mejor posible las cosas y pueden demorar bastante tiempo en decisiones menores y terminan sintiendo culpa por haber elegido una opción y no la otra.
Si hablamos del tratamiento de esta patología debemos decir que es mixto: en primer lugar debe ser farmacológico teniendo siempre en cuenta el uso racional de los medicamentos, y en segundo, psicoterapeútico en sus diversas formas. Muchas veces hay que incluir a la pareja o a la familia en este tratamiento.