La directora de Defensa Civil de Aguilares, Isabel Gordillo, afirmó que se sintió presionada por la Policía de esa localidad, a causa de las declaraciones que realizó a LA GACETA sobre el consumo de drogas. “No sé si la palabra adecuada sea maltrato, pero me tuvieron más de dos horas sentada en la comisaría, obligándome a que les explicara mis declaraciones en la entrevista, sin decirme jamás cuál era la causa judicial por la que estaba testificando”, dijo Gordillo. El comisario Ramón Quinteros, jefe de zona en esa jurisdicción, aclaró que los dichos de la funcionaria eran importantes porque se había iniciado de oficio una investigación para combatir a los presuntos “narcos”. “Sin embargo, no aportó demasiados datos”, expresó Quinteros.
El martes, Gordillo recibió una notificación para presentarse a declarar en el destacamento policial “con motivos de actuaciones sumariales iniciadas por la publicación en el matutino LA GACETA el 12 de enero”, según la cédula de citación. El documento está firmado por el jefe de la comisaría, subcomisario Miguel Giménez. Gordillo afirmó que se sintió amedrentada por esta actitud. “No me dieron explicaciones. Me dijeron que era una cuestión interna, pero todavía no entiendo qué pretenden”, manifestó la funcionaria. “El miércoles -agregó- tuve que ir de nuevo a la comisaría por otro tema, y uno de los agentes que estaba a la puerta le dijo a otro: ‘sacala cagando a esa’. Esas fueron sus palabras textuales”.
El comisario Quinteros aseguró que las declaraciones de Gordillo eran importantes ya que podrían haber contribuido a desbaratar una presunta organización de dealers en Aguilares. “Ella hablaba de lugares de venta. Entonces, comenzamos una investigación de oficio para elevarla a la Justicia Federal. Además, la profesora hablaba de violencia en las detenciones, y nos veíamos obligados a trabajar internamente en ese sentido”, detalló Quinteros.
Durante la entrevista con LA GACETA, Gordillo expresó: “los chicos se drogan hasta en la plaza principal, porque allí les venden de todo: marihuana, cocaína y pastillas, a toda hora”. Y agregó que no tenía el respaldo de la Policía. “No están capacitados para tratar adicciones (...). Ellos no hacen prevención. Además, son muy violentos cuando los detienen”, había dicho.
Los policías le preguntaron a la funcionaria cómo sabía que se vendía droga en la plaza y si conocía a quienes comercializaban la sustancia. Ella contestó que las condiciones físicas y de salud de los jóvenes adictos que trata lo evidenciaban, pero que jamás había visto comprar droga. Además, aclaró que no todos los policías son iguales. “Es como en todos lados: hay buenos y malos”, aclaró la profesora. Y concluyó: “lo importante trabajar coordinadamente por la salud de esos jóvenes”.