“En mi casa nunca se vendió droga, ni tampoco somos los asesinos de Santana. Los vecinos nos quieren hundir y por eso nos acusan del crimen”, afirmó Angélica Soria. La mujer, de 22 años, es esposa de Julio Villagra, el principal sospechoso de haber matado a Walter Santana, la madrugada del 25 en su domicilio del barrio Costanera, e hija de Héctor Hugo Soria, el otro detenido de la causa. La joven acudió a LA GACETA para desmentir las acusaciones que realizaron los vecinos contra los dos hombres y para dar a conocer su propia versión del caso. “Esa noche estábamos brindando por la Navidad cuando Santana y otros tres entraron en mi casa. Nos apuntaban con revólveres y estaban descontrolados. Se querían llevar una motocicleta que estaba dentro de la casa. Yo no sé quién fue el que hizo el disparo que mató a ese chico, pero ninguno de nosotros estaba armado”, sentenció.
Amenazada
La joven agregó que tuvo que abandonar su hogar luego de que los vecinos incendiaron parte de las instalaciones de su casa, y destruyeron otra de las habitaciones. Soria confesó que fue amenazada por dos mujeres del barrio para que no regrese a su hogar. “Si vuelvo me matan. No quiero poner en riesgo a mi hijo. Suficiente tengo con lo que les pasó a mi esposo y a mi papá”, sentenció.
Walter Santana fue asesinado de un disparo en el pecho cuando, según vecinos, intentaba comprar droga en la casa de Villagra. La Policía, cuando allanó el domicilio, secuestró 22 “tizas” de cocaína y papel para envolver el estupefaciente. Los vecinos acusaron a Villagra y a Soria de ser los dealers del barrio Costanera. La muchacha negó rotundamente esa versión. “Alguien nos puso la droga en la casa para que la Policía nos detenga. En el barrio todos consumen y Santana era el principal adicto, pero nosotros jamás vendimos”, agregó.
Julio Villagra y Héctor Soria permanecen detenidos desde el viernes, junto con otras dos mujeres.
El fiscal Carlos Albaca interrogó a los sospechosos y luego pidió la detención, que fue concedida por el juez Víctor Manuel Pérez.
Los hombres, cuando declararon en Tribunales, negaron haber asesinado a Santana y confesaron que uno de los amigos de la víctima fue quien realizó el disparo.