01 Febrero 2003
BUENOS AIRES.- "Jugar en River, y con mi hermano, es el sueño que siempre tuve", aseguró Darío Husaín, el nuevo refuerzo de los "millonarios". El ex jugador de Vélez Sarsfield, quien viajó ayer a Mendoza para unirse al plantel, expresó que su hermano Claudio ya conocía a la mayoría de los jugadores de su anterior paso por el club y que eso es una ventaja. "Me contó que los compañeros lo recibieron muy bien. Lo lindo es que voy a jugar con él otra vez (obtuvieron con Vélez el Clausura 98) y que llego a un club que juega solamente para ser campeón. Ese es el mayor desafío", apuntó.
El arribo de Darío no fue sencillo. Inclusive, el jugador calificó las negociaciones como terribles. "Viví con una sensación de impotencia por no poder arreglar todo más rápido. La verdad es que no había sentido nunca algo así", agregó.
El jugador reconoció que debió soportar varias situaciones difíciles para concretar su sueño. "Es terrible entrenarse solo, a pesar de que me acompañaban algunos amigos. Además hubo días en que estuvo todo muerto. Tenía ansiedad, me ponía nervioso porque no se llegaba a nada", contó.
"Pero ahora se dio -se alegró- y pienso disfrutarlo a full. Quería jugar en River, no me importaba resignar plata. Era River o esperar hasta quedar libre. Era mi sueño por todo lo que significa este club y porque además ahí está mi hermano", confesó.
En el fútbol nuestro de todos los días ya nada sorprende. ¿Pero como serán los hermanos en la cancha? "Seguro que me dirá algo. Hasta en los picados en la quinta me grita. El es así y es justamente lo que lo hace diferente como jugador. Es un respaldo que él me da", respondió.
"Que el técnico de un club grande me pidiera era un aliciente", dijo orgulloso cuando se le preguntó qué sentía cuando Pellegrini decía que para reforzar la delantera lo quería a él o a ningún otro.
"Sobre todo en estos meses en los que no jugaba. Mi último partido fue el 16 de octubre; imaginate el tiempo que hace que no toco la pelota en competencia", añadió (DyN)
El arribo de Darío no fue sencillo. Inclusive, el jugador calificó las negociaciones como terribles. "Viví con una sensación de impotencia por no poder arreglar todo más rápido. La verdad es que no había sentido nunca algo así", agregó.
El jugador reconoció que debió soportar varias situaciones difíciles para concretar su sueño. "Es terrible entrenarse solo, a pesar de que me acompañaban algunos amigos. Además hubo días en que estuvo todo muerto. Tenía ansiedad, me ponía nervioso porque no se llegaba a nada", contó.
"Pero ahora se dio -se alegró- y pienso disfrutarlo a full. Quería jugar en River, no me importaba resignar plata. Era River o esperar hasta quedar libre. Era mi sueño por todo lo que significa este club y porque además ahí está mi hermano", confesó.
En el fútbol nuestro de todos los días ya nada sorprende. ¿Pero como serán los hermanos en la cancha? "Seguro que me dirá algo. Hasta en los picados en la quinta me grita. El es así y es justamente lo que lo hace diferente como jugador. Es un respaldo que él me da", respondió.
"Que el técnico de un club grande me pidiera era un aliciente", dijo orgulloso cuando se le preguntó qué sentía cuando Pellegrini decía que para reforzar la delantera lo quería a él o a ningún otro.
"Sobre todo en estos meses en los que no jugaba. Mi último partido fue el 16 de octubre; imaginate el tiempo que hace que no toco la pelota en competencia", añadió (DyN)
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