“Es muy complejo encontrar un culpable cuando la víctima invade la propiedad privada, porque el dueño del animal no lo sacó de su casa. Pero también hay que pensar en las víctimas que son atacadas por estos perros”, afirmó Jorge Sterpino, director del Instituto Antirrábico.
En caso de que ocurra un ataque, explicó el funcionario, las normas nacionales indican que el dueño del perro debe hacer revisar al animal. “Tiene dos posibilidades: hacerlo con un veterinario o, gratis, en el instituto. De ese modo, se hacen análisis para detectar si el animal tiene rabia. En caso de que los dueños no lo hagan, la víctima debe denunciar los en la Policía”, dijo.
Sterpino reconoció la importancia de contar con un respaldo legal que reglamente los lugares y el modo en el que los dueños pueden sacar a pasear a sus perros; sin embargo, cree que la solución está en que la gente tome más conciencia sobre los riesgos que presentan algunos animales. “Algunas razas, como los rottweiler o los pitbull, son peligrosos; no son para una casa de familia”, aclaró.
“Contamos ahora con una ley que especifica que los perros sólo pueden salir a la calle con correa y bozal”, dijo Sterpino, en referencia a la norma sancionada en setiembre por la Legislatura.
Aunque dos artículos de la ley fueron vetados (que hacen referencia a los organismos que estarán encargados de su aplicación), el legislador Daniel Heredia, que participó en la confección del proyecto, dijo que el resto de la norma ya está en vigencia. Según la medida, los dueños de los canes deben hacerse responsables de estos. Deben cumplir con ciertas normas de seguridad para encerrarlos y sólo pueden salir a la calle con correa y bozal.