La joven que está desaparecida no volvió a dar señales de vida

La joven que está desaparecida no volvió a dar señales de vida

La familia y los investigadores están muy preocupados por la falta de información sobre Ana Mansilla, que fue vista el sábado por última vez. Estuvo trabajando en Yerba Buena. La buscan la Policía y Gendarmería. Se teme que haya sido raptada y llevada fuera de Tucumán.

26 Noviembre 2008

Ana Carolina Mansilla, la joven de 19 años que fue vista por última vez el sábado, sigue desaparecida. Todo indica que fue secuestrada por dos hombres, presuntos miembros de la red de trata de personas. El caso provocó mucha preocupación entre sus familiares y los investigadores. Están buscando a la joven policías de la División Trata de Personas, de la Dirección de Investigaciones y de Gendarmería Nacional, con órdenes de la Justicia local y Federal y con la colaboración de la Fundación María de los Angeles, que preside Susana Trimarco, la madre de Marita Verón.
Hasta el martes de la semana pasada Mansilla estuvo trabajando en una casa ubicada en Yerba Buena. "Tuvimos algunos problemas y decididos prescindir de sus servicios el sábado 15 de noviembre", indicó la mujer que había contratado a la joven. "El martes posterior regresó para buscar dos bolsos con ropa que había dejado, se le pagó lo que se le debía y se fue sin problemas. Todo esto me sorprende mucho", afirmó la mujer, quien pidió que no se publicara su nombre ni la dirección de su vivienda. Según ella, no se enteró de lo que había pasado hasta que ayer leyó LA GACETA y vio la fotografía de la joven que había trabajado en su casa.
"Nosotros creemos que es un tema que merece mucha atención. Recibimos denuncias constantemente y a todas las canalizamos para que se investigue. Pero, en este caso, hay varios aspectos que nos hacen preocuparnos", explicó Carlos Garmendia, abogado de la Fundación María de los Angeles.
El sábado, Carolina debía regresar a su casa en la localidad de Colombres, Cruz Alta, donde la esperaban su madre, Silvia Ceballos, y su marido, Darío Navarro. Pero no apareció. El domingo, desde Mendoza, se comunicó con ellos Adrián, el hermano de Darío, informándoles que la joven lo había llamado. "Me dijo que dos hombres la hicieron subir a un auto. La tienen secuestrada. Ella no sabe dónde está. Dice que la busquen urgente", les explicó Adrián. Esto alteró a la familia de Carolina. Primero intentaron comunicarse con ella y, como el teléfono daba apagado, se presentaron en la comisaría y radicaron la denuncia.
El lunes, Darío recibió dos mensajes de texto seguidos de Carolina. El primero decía: "ayudemen (sic)". En el segundo se leía: "Dari, no sé dónde estoy. Tengo mucho miedo. Sáquenme de aquí. Dari, vení. Mami, tengo miedo de que me maten; estos hombres son malos. Búsquenme". Para ese momento, la fiscala IX de Instrucción, María de las Mercedes Carrizo ya le había ordenado a personal de la División Trata de Personas, al mando de los comisarios Pablo Barrionuevo y Julio Fernández, que comenzara a investigar.
Ayer a la mañana, Ceballos y Navarro fueron a la fundación María de los Angeles. Si bien Trimarco no estaba (se encuentra en viaje), fueron atendidos por Garmendia, quien ya estaba al tanto de la situación. "No podemos asegurar aún que haya sido secuestrada; por ahora es una desaparición de persona pero, por la información que tenemos, hay que actuar con la máxima celeridad", dijo el abogado. La trata de personas es un delito federal, por lo que también se puso en conocimiento de lo que estaba pasando a la Justicia Federal. Garmendia, además, pidió colaboración a Gendarmería. Lo primero que hicieron los investigadores fue pedir informes a la empresa de telefonía a la que pertenece el celular de Carolina, para tratar de delimitar el radio de búsqueda.

"El tiempo es crucial"
Los policías y los gendarmes creen que, si en realidad la secuestraron, hay muchas posibilidades de que ya la hayan sacado de la provincia. Además creen que si la joven hubiera decidido marcharse por su propia cuenta, al tomar estado público el caso debería haberse contactado con su familia para decirle que estaba bien. Pero esto no sucedió. "El tiempo es crucial para nosotros. Se debe trabajar rápido y coordinadamente. Ojalá que la encontremos pronto y que sólo haya sido un susto", dijo Garmendia. Pero la falta de noticias de la joven no hacía más que acrecentar la angustia.

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