La crisis abre un camino hacia la espiritualidad

"Las grandes crisis ponen de manifiesto los límites. Es la experiencia certificada de que los hombres no somos omnipotentes como a veces creemos. Me refiero a creer que basta proponernos algo para lograrlo", señaló la educadora y fundadora del Centro de Espiritualidad Santa María (CESM), Inés Ordóñez de Lanús, al referirse a la actual situación económica mundial y nacional.
"Es la caída de otro muro; se cayó el estilo de vida consumista que representaba Estados Unidos, y estamos viendo que ahora sufren los que creíamos que no iban a hacerlo nunca porque, supuestamente, lo tenían todo", agregó Ordóñez de Lanús, quien visita Tucumán para dictar una charla (Ver "Charla y...") y tomar contacto con los miembros de CESM en la provincia. "La gente todavía se encuentra en estado de shock, pero si se logra tomar distancia, se puede obsevar que este es un tiempo propicio para la búsqueda de la espiritualidad. Cuando caen estos ídolos falsos se siente un gran vacío, y las personas comienzan a preguntarse por la trascendencia. Por aquello que, como decía ?El Principito? es invisible a los ojos: lo esencial", añadió.
Según la educadora, en las últimas tres décadas del siglo pasado comenzó a resurgir la espiritualidad, como una suerte de preparación para el nuevo milenio. Fue por entonces, en 1972, cuando ella fundó el CESM, una comunidad de la Iglesia Católica que está presente en 13 diócesis del país, en Chile, México y Estados Unidos.
"Nos habíamos olvidado de la espiritualidad. En la historia de la humanidad hay una primera etapa de fuerte identificación con Dios. Después, el centro pasó a la razón; luego a la técnica y finalmente a la inteligencia. Entonces surgieron los ?ismos?, pero el hombre no es sólo lo que puede pensar y hacer; también siente. Y entonces se comenzó a hablar de la ingeligencia emocional. Pero siempre es el hombre el que está en el centro, queriendo controlar o apropiarse de la trascendencia", reseñó la educadora. No obstante, Ordóñez de Lanús es optimista. "Veo en la gente la necesidad de volver a la espiritualidad, y creo que de esta crisis saldrán personas que serán un signo de que Cristo está vivo", vaticinó.