UN MOTE o apodo necesita de tres etapas para poder tener características de folclórico, según sostiene el ingeniero Julio Storni en una investigación que hizo, sobre los apodos que se utilizaban en el NOA previa a 1950: Surgir del ingenio popular, ser acertado -quizás la tarea más difícil- respecto a quien se lo endilgan y que cuente con aprobación popular, son los requisitos para que un mote comience su transición hacia lo folclórico. Algunos de esos apodos son estos.
UNCACA: se les decía a las personas de silueta larga, negra y con la piel brillosa porque se asemejaban a las lombrices o “viboritas que abundan en tierras húmedas y pantanosas", usadas mucho como carnada de aficionados a la pesca.
MOSQUITO: era el mote de los curdas, porque hay que matarlos para que dejen de "chupar".
LAMPARA SIN QUEROSEN: se les decía a las personas nerviosas que parpadean constantemente. En la década del 50, en los lugares donde no había electricidad, se utilizaba mucho las lámparas a querosén. Estas cuando comenzaban a quedarse sin ese combustible entraban a flaquear y a dar luz intermitente como un parpadeo de ojos.
CEMENTO: era otro de los apodos para los que bebían en exceso, nada más que en este caso chupan hasta quedar duros, al igual que el cemento.
PAJARO LLENO: así les decían a las personas flacas y con panza grande. Es sabido que los pájaros comen hasta el hartazgo y se les llena el buche.