
A OSCURAS. Falló sistema eléctrico. FOTOBAIRES

BUENOS AIRES (Enviado especial).- El reloj de Daniel Raffa apenas llegaba a marcar cinco minutos del juego cuando Ferro quedó a oscuras. La luz artificial de la cancha del barrio de Caballito había desaparecido, al tiempo que la tensión de los dirigentes de Atlético comenzó a tomar cartas en el asunto.
¿Por qué? Es que tras un primer sondeo negativo sobre cuándo regresaría la potencia a los reflectores, y ante la supuesta suspensión del encuentro para hoy, los directivos “decanos” entraron en un evidente proceso de desesperación, ya que hoy a las 10, sí o sí, el plantel debía abandonar el Viamonte Apart. Las habitaciones de los jugadores esperaban otros huéspedes.
En medio del tira y afloja y la espera -de casi media hora- los “funebreros” desataron una fiesta en las tribunas, con cánticos y efectos de luz, provocados por los teléfonos celulares.
Si bien la paciencia se fue perdiendo entre la parcialidad local, los hombres fuertes de Chacarita buscaban llegar a una pronta solución sobre el apagón, puesto que si no conseguían hacer que volviera la luz, estos debían hacerse cargo de los costos de alojamiento de los tucumanos.
¿El motivo? Al no poseer grupo electrógeno propio, herramienta obligatoria que estipula el reglamento de la AFA, una multa y los gastos del rival correrían por cuenta del club de San Martín.
Pero cuando nadie lo esperaba, el estadio del “verde” vio luz nuevamente y todo se desarrolló con normalidad.
Atlético y Chacarita salieron a batallar y todos quedaron felices, más allá del resultado.
Hubo final feliz para el conjunto anfitrión, porque zafó de abonar una jugosa pena, aunque ello no colaboró para paliar la frustración por el resultado.







