Los momentos más gloriosos de la escuela fueron aquellos en los que esta hizo "contracultura", afirmó ayer el ministro de Educación, Juan Carlos Tedesco, en el II Congreso Argentino de Cultura. "La escuela asume rasgos contraculturales; allí adentro ocurre todo lo contrario de lo que pasa afuera. Eso es importante; porque se enseña solidaridad cuando la sociedad está en crisis y vive bajo la cultura del individualismo. Hay que recuperar el ?nosotros?, pero respetando a cada uno como este es. La escuela debe trabajar para la construcción del ?nosotros? ", afirmó.
El funcionario compartió ayer una mesa redonda con la ministra de Educación de la Provincia, Silvia Rojkés de Temkin; con el senador nacional (Coalición Cívica) Samuel Cabanchik y con el ex Secretario General de la Organización Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Francisco Piñón.
Un nuevo lenguaje
En un ámbito en el que hubo coincidencias sobre la necesidad de reformar la enseñanza con mecanismos creativos, Piñón afirmó que el siglo XXI demanda "competencias mucho más complejas y tecnificadas". "Es central, para la educación usar la tecnología, no como soporte, sino como un nuevo lenguaje. Un tercio de los adolescentes y jóvenes está fuera del sistema educativo. Sólo el 40% de los latinoamericanos completó la escuela media. Esto se profundiza mucho más en el mapa digital. Y la escuela sigue siendo el lugar privilegiado para encontrar los elementos necesarios para reconstruir la cultura y recuperar la autoestima colectiva. Urge una redefinición de los saberes que actualmente se transmiten, poniendo énfasis en lo digital y lo tecnológico" a partir del dato de que "más de la mitad de la población de América Latina tiene menos de 25 años", dijo.
Por su parte, Cabanchik habló de la necesidad de construir "una cultura común"; "entre una cultura elitista y una igualitaria, esta garantiza que todos los hombres sean agentes de cultura", afirmó el filósofo, y agregó que la educación "debe potenciar el grado de conciencia".
A su turno, Rojkés opinó que mientras la cultura crea valores, la escuela los enseña. "El trabajar en la escuela tiene que ver con cuestionarse en forma permanente. La complejidad de la sociedad les plantea un dilema a los docentes: cómo hacer para enseñar, ante tantos cuestionamientos: hay que recuperar la autoridad pedagógica. Son los hombres los que crean y aplican el conocimiento; sólo ellos pueden categorizar la información para que sea conocimiento", expresó. Tedesco añadió que la educación media "tiene que enseñar el oficio de aprender", y reivindicó la educación básica. "Allí se necesita a los educadores más prestigiosos; el problema es que la cultura nos dice que lo más prestigioso es el grado, el posgrado, las maestrías", concluyó.