18 Octubre 2008
Nun instó a "derrumbar presupuestos"
En su disertación "Del mito de Protágoras a Wall Street", el funcionario afirmó que la cultura sólo es positiva si contribuye a consolidar la democracia. Hay que estimular la mirada crítica y promover los debates para crear políticas culturales por fuera de las rutinas, opinó.
A NO QUEJARSE. Nun reconoció que faltan iniciativas culturales, e invitó a “dejar la queja y aportar ideas”. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO
"¿De qué cultura participamos y cómo lo hacemos?" , fueron las preguntas que eligió el doctor José Nun como disparador de la conferencia "Del mito de Protágoras a las crisis de Wall Street", con la que ayer participó en el II Congreso Argentino de Cultura.Despojado por una hora de su traje de secretario de Cultura de la Nación, José Nun, el intelectual, investigador superior del Conicet y autor de numerosas publicaciones, instó a los presentes en el Teatro San Martín a estimular la mirada crítica y a promover los debates con el objetivo de crear políticas culturales que "tiendan a desrutinizar, que derrumben aquello a lo que estamos acostumbrados, pero aportando ideas. "Es fácil quejarse y está claro que faltan iniciativas culturales, pero hay que proponerlas", sentenció.
Lo imborrable
En la charla, a la que asistió como anfitrión el titular del Ente de Cultura, Mauricio Guzmán, Nun puntualizó que la cultura no necesariamente es positiva. "Es positiva cuando contribuye al desarrollo y a la democracia. Pero, si no es así, pueden emerger culturas negativas: la cultura de la intolerancia, la cultura de la ambición o la cultura de la desfachatez. De lo contrario, sería imposible explicar cómo existen programas espantosos que conducen a lo morboso, por ejemplo, y que se terminan volviendo un hábito, parte de la rutina", expresó. Agregó que el problema es que "como ocurre con lo que mamamos en la infancia, que puede tener después un recuerdo positivo (sin necesariamente ser positivo) se internaliza, no se puede borrar después". Y ese punto es para él el gran tema para quienes trabajan en la gestión de políticas culturales. "No importa tanto cuáles son las preferencias del votante sino cómo llegó a esas preferencias", ejemplificó. "Estoy tratando de descubrir los cimientos de las políticas culturales que tenemos que construir. Quiero recibir ideas de todas las provincias", afirmó, y comentó que la Legislatura de Entre Ríos aprobó por unanimidad que el 1 % del presupuesto se destine a Cultura. "Eso es lo que tienen que imitar todas las provincias y el país", aseveró.
Políticas subversivas
En su conferencia, que duró más de una hora, y por la que desfilaron citas de pensadores y filósofos como Rousseau, Durkheim, Sócrates, Protágoras, Hegel, entre otros, el funcionario recalcó la necesidad de "luchar" contra lo que calificó, citando a Hegel, "la alienación". "¿Qué pasa cuando las instituciones se vacían de contenido?, ¿cuando la escuela no educa o cuando el hospital no cura? Hegel dice que los individuos reaccionan de dos modos: formando sectas para rescatar lo que se ha perdido o replegándose. Yo creo que hay otras formas también: salir a luchar y resistirse; u otras, desviadas, como el delito, las drogas, o el desarrollo de culturas negativas", manifestó.
En otro tramo de su disertación, Nun afirmó que es la oportunidad para pensar "políticas culturales subversivas", que desnaturalicen presupuestos y lugares comunes. "Entendida esta idea de lucha y combate como la que debe presidir la idea de política cultural". Agregó: "no hay ninguna política cultural que no parta explícita o implícitamente de un diagnóstico político e ideológico".
"Estamos en un momento particular de la historia; y para sacar partido de esta crisis en la que ingresó el mundo, y no desde hace meses sino desde los años 70 (después de los ?años gloriosos?), tenemos que salir a hacer una batalla", aseveró.
"La crisis hace salir a la superficie todo lo negativo que se estuvo acumulando: avaricia, explotación y exclusión social. Y no porque los hombres no seamos buenos. Pueden existir almas bellas y de corazones tiernos pero que, en la medida que no hagan nada por cambiar, son cómplices".
"Hoy, la cultura es un derecho humano. Y es un derecho de tercera generación porque no es sólo individual sino colectivo. Lo mismo que el desarrollo, al que defino como el aumento sistemático del nivel de bienestar para el conjunto de la población", enunció y marcó la diferencia en la interpretación del término respecto a lo que pensadores como Bacon, Hobbes o Descartes creían. "Para ellos la cultura estaba restringida a un sector de la sociedad".
"Las políticas culturales que se debaten aquí deben tener en cuenta que hoy aflora lo peor de un largo período histórico que se inició con el fundamentalismo del mercado. No puede haber mercado sin un Estado fuerte que lo organice", concluyó el secretario de Cultura de la Nación.
Lo imborrable
En la charla, a la que asistió como anfitrión el titular del Ente de Cultura, Mauricio Guzmán, Nun puntualizó que la cultura no necesariamente es positiva. "Es positiva cuando contribuye al desarrollo y a la democracia. Pero, si no es así, pueden emerger culturas negativas: la cultura de la intolerancia, la cultura de la ambición o la cultura de la desfachatez. De lo contrario, sería imposible explicar cómo existen programas espantosos que conducen a lo morboso, por ejemplo, y que se terminan volviendo un hábito, parte de la rutina", expresó. Agregó que el problema es que "como ocurre con lo que mamamos en la infancia, que puede tener después un recuerdo positivo (sin necesariamente ser positivo) se internaliza, no se puede borrar después". Y ese punto es para él el gran tema para quienes trabajan en la gestión de políticas culturales. "No importa tanto cuáles son las preferencias del votante sino cómo llegó a esas preferencias", ejemplificó. "Estoy tratando de descubrir los cimientos de las políticas culturales que tenemos que construir. Quiero recibir ideas de todas las provincias", afirmó, y comentó que la Legislatura de Entre Ríos aprobó por unanimidad que el 1 % del presupuesto se destine a Cultura. "Eso es lo que tienen que imitar todas las provincias y el país", aseveró.
Políticas subversivas
En su conferencia, que duró más de una hora, y por la que desfilaron citas de pensadores y filósofos como Rousseau, Durkheim, Sócrates, Protágoras, Hegel, entre otros, el funcionario recalcó la necesidad de "luchar" contra lo que calificó, citando a Hegel, "la alienación". "¿Qué pasa cuando las instituciones se vacían de contenido?, ¿cuando la escuela no educa o cuando el hospital no cura? Hegel dice que los individuos reaccionan de dos modos: formando sectas para rescatar lo que se ha perdido o replegándose. Yo creo que hay otras formas también: salir a luchar y resistirse; u otras, desviadas, como el delito, las drogas, o el desarrollo de culturas negativas", manifestó.
En otro tramo de su disertación, Nun afirmó que es la oportunidad para pensar "políticas culturales subversivas", que desnaturalicen presupuestos y lugares comunes. "Entendida esta idea de lucha y combate como la que debe presidir la idea de política cultural". Agregó: "no hay ninguna política cultural que no parta explícita o implícitamente de un diagnóstico político e ideológico".
"Estamos en un momento particular de la historia; y para sacar partido de esta crisis en la que ingresó el mundo, y no desde hace meses sino desde los años 70 (después de los ?años gloriosos?), tenemos que salir a hacer una batalla", aseveró.
"La crisis hace salir a la superficie todo lo negativo que se estuvo acumulando: avaricia, explotación y exclusión social. Y no porque los hombres no seamos buenos. Pueden existir almas bellas y de corazones tiernos pero que, en la medida que no hagan nada por cambiar, son cómplices".
"Hoy, la cultura es un derecho humano. Y es un derecho de tercera generación porque no es sólo individual sino colectivo. Lo mismo que el desarrollo, al que defino como el aumento sistemático del nivel de bienestar para el conjunto de la población", enunció y marcó la diferencia en la interpretación del término respecto a lo que pensadores como Bacon, Hobbes o Descartes creían. "Para ellos la cultura estaba restringida a un sector de la sociedad".
"Las políticas culturales que se debaten aquí deben tener en cuenta que hoy aflora lo peor de un largo período histórico que se inició con el fundamentalismo del mercado. No puede haber mercado sin un Estado fuerte que lo organice", concluyó el secretario de Cultura de la Nación.