16 Octubre 2008
La más deshilachada de sus producciones en los últimos tiempos sirve para graficar el momento de un seleccionado argentino que insinúa bastante, a partir del potencial de sus grandes individualidades, pero que en lo que va de la Eliminatoria no pudo plasmar casi nunca un trabajo asociado con el juego de equipo. Forzado a variar el bosquejo táctico desde el medio hacia adelante por la ausencia de Riquelme, Argentina se topó con dos problemas vitales que resquebrajaron su funcionamiento en la zona de volantes y que repercutieron en el resto de sus líneas: no tuvo quien manejara los tiempos y la pelota, a la vez que desnudó una alarmante fragilidad en la contención. Lo suyo fue una tentadora invitación para que Chile se deleitara con el festín futbolístico que le regaló a su hinchada. Fue el primer triunfo en partidos oficiales de la “roja” sobre la “albiceleste”. Con su dinamismo y una ofensiva vertical, en casi todo el partido Chile ejerció un dominio apabullante. Por ahora, la tabla le extiende a Argentina el billete para Sudáfrica. Pero si repite actuaciones tan decepcionantes como la de ayer, el trayecto seguirá cargado de turbulencias.
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