Habrá menos dinero en la calle y en los bolsillos

Habrá menos dinero en la calle y en los bolsillos

Una suma de dificultades enfrentan las empresas, los consumidores y los trabajadores tucumanos. El impacto de la crisis internacional ya se hace sentir. Por Juan José Concha Martínez - Prosecretario de Redacción.

10 Octubre 2008

Son días de incertidumbre y agobio. El fantasma de una crisis, esta vez por contagio del derrumbe financiero y bursátil internacional, sobrevuelva un escenario económico que ya viene registrando complicaciones de toda clase en el país, y claro, en nuestra provincia.
Al irresuelto conflicto que desangró al Gobierno y al campo, y al aumento progresivo de costos y de una escalada inflacionaria se suma ahora el impacto del tsunami que estalló en Estados Unidos y que se propagó por todo el mundo. A la espera de que el Gobierno nacional encauce una estrategia para hacer frente la situación, empresarios y consumidores evidencian con sus reacciones el clima de preocupación que los envuelve: hablan de suspender proyectos de inversión, de ajustar los niveles de consumo y de saldar cuentas en monedas extranjeras, como una reacción casi natural. Cautela, ajuste y preocupación son las palabras que más se escuchan en el mundo de las empresas, de los consumidores y del trabajo por estas horas en Tucumán.
La disertación que ofreció Ricardo Arriazu en el Jockey Club abonó la convicción generalizada entre los hombres de negocio de que el panorama crítico que trazó va a concretarse casi inexorablemente para la Argentina. Se vieron caras largas y de alarma no ahorraron aplausos al conferencista y tampoco se privaron de embestir contra el Gobierno, al que ven como principal responsable de este escenario complejo y crítico. "Hay un manejo discrecional del gasto público, que lleva en una mayor presión tributaria, pero ahora con la devaluación de Brasil, toda la economía se va a terminar de enfriar", enfatizó uno de los asistentes. "No se aprovechó el viento de cola que tuvimos (por el alto precio de los commodities que se registró) y ahora nos tocará soportar un viento de frente", graficó otro de los presentes en la charla.

¿Dónde está el fondo?

Muchos creen que una lluvia de efectos negativos dejará peor las cosas, más temprano que tarde. "No sabemos dónde está el fondo de todo esto y el panorama es muy incierto", planteó un azucarero. "El problema de los costos está matando a muchos productores, que ven cómo se desplomaron sus perspectivas porque ahora casi no podrán acceder a los fertilizantes y agroquímicos para la nueva siembra", explicó un dirigente ruralista.
En este contexto, un ejecutivo de la City tucumana relató que en estas últimas semanas se advierte un progresivo atraso en el pago de los cheques y un aumento de la morosidad de muchos clientes con los bancos. "Con el conflicto del campo, hubo un fuerte parate en la economía, y después, tras el impasse parecía que volvíamos a la normalidad, pero ahora de nuevo ya se sienten las dificultades", afirmó.
El encarecimiento progresivo del crédito, que lo hace virtualmente inexistente, atraviesa todos los sectores, pero es especialmente gravoso en el financiamiento de las inversiones. Esta realidad empuja a muchas empresas a detener proyectos, a hacer sólo lo justo en sus plantas, y a los consumidores, a ajustar sinceramente sus gastos.
En los supermercados, ya se advierten síntomas de caída en las compras y, aunque se conoce que algunos proveedores ampliaron los plazos para cobrar la mercadería que entregan a las bocas de venta -es tal la necesidad de colocar los productos- esa ayuda no redunda en mejores ventas, reconoció un hombre del sector. "La gente comienza a cuidarse; esto ocurrió mucho durante la pelea del campo con el Gobierno, pero ahora se acentuó este comportamiento, con toda la crisis mundial", sostuvo.
La actividad comercial de Tucumán, en plano general, viene perdiendo ritmo: las ventas no tienen la performance del año pasado y las fechas picos, como el Día del Niño, en agosto, no tuvieron el rendimiento esperado. Por eso, las ventas previstas para el Día de la Madre, otro momento esperado por los comerciantes, tampoco vienen con grandes esperanzas.
A este cuadro general de situación habría que agregar la evolución del año económico propio de Tucumán para tener una certeza más fina del escenario: finaliza una cosecha azucarera sin buenos precios y, por lo menos, un par de semanas antes de lo previsto; en tanto que el balance del citrus se presentó mejor que lo esperado. Es ahora cuando todas las miradas se concentran en la gestión de las finanzas públicas, toda vez que se descuenta que habrá un menor ingreso fiscal por la baja generalizada de los precios que impactan en la balanza comercial. Y, lejos del optimismo de otrora, el propio gobernador José Alperovich reconoció que la situación ha cambiado.
Así, parece cada vez más evidente que la virtual ausencia del mercado internacional de capitales -por torpeza del Gobierno o por decisión del mercado- no garantizó la inmunidad suficiente para enfrentar esta crisis. Con menos dinero en la calle y en los bolsillos, con reiteradas reivindicaciones sectoriales sin cubrirse, una clave para atender las urgencias sigue ausente: admitida las crisis, viene el tiempo de la responsabilidad, de los acuerdos y el consenso para superarla.

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