El trabajo es lento, silencioso, pero efectivo. La conducción de Fauna Silvestre, sus inspectores y los técnicos de Piscicultura tienen claro el rumbo: cuidar y mejorar las especies en los pesqueros tucumanos. Quizá por eso resulte odiosa una veda de pesca o la limitación de extracciones. Pero todo tiene sentido. No es casualidad que en El Cadillal haya pejerreyes de 1,300 kg. Se respetó un ciclo reproductivo y un desarrollo natural del ejemplar que, se estima en principio, dura tres años. No es el primero que se captura en este dique y ello nos lleva a acrecentar la ilusión de que en un futuro cercano la mayoría de los ejemplares sea de esa calidad. Ahora falta monitorear en La Angostura -una vez que se aplique la veda en el dique-, que puede brindar más sorpresas.