Hace una semana, seis hombres fueron sentenciados a prisión perpetua por el crimen de Adrián Mansilla, cometido hace cinco años. Pero ninguno de los condenados fue llevado al penal de Villa Urquiza. “Este caso es igual a muchos otros, donde lamentablemente no se termina el proceso en plazo estipulado por la ley y los sentenciados tienen que ser liberados”, sostuvo el juez Pedro Raúl Roldán Vázquez, miembro del tribunal que dio el dictamen.
Mansilla fue asesinado el 17 de agosto de 2003. Por el hecho, fueron sentenciados a prisión perpetua Miguel “Piki” Orellana, Omar “Anaconda” Carrizo, Marcelo “Mudo” Romano, Angel “Beto” Ibarra, Marcelo “Negro” García y Tomás “Cordobés” Ceballos. Pero por disposición del tribunal, integrado por Roldán Vázquez, Julio Espíndola Aráoz y Carlos Norri, ninguno de los condenados fue llevado al penal de Villa Urquiza, y continuarán libres en tanto la sentencia no esté firme. “Estas personas tuvieron que ser liberadas porque excedieron el plazo de dos años sin sentencia firme, establecido por el Código Procesal Penal y por la Convención Interamericana de Derechos Humanos. Cuando superan este tiempo, no pueden recibir prisión preventiva. Deben ser encarcelados sólo si hay una sentencia firme”, fundamentó Roldán Vázquez. A su vez, añadió que la fiscala de Cámara Marta Jerez de Rivadeneira tampoco pidió la reclusión inmediata en la prisión. “Esto fue otro obstáculo, porque el tribunal no puede dictar de oficio medidas de encarcelamiento”, concluyó el juez.