23 Septiembre 2008
LECTURA FINA. La pobreza cae, pero en los índices, dice Colina.
El cálculo del Indec de la pobreza y de la indigencia está atado nada más y nada menos que a la medición de precios, en la que nadie cree. Por eso, la cantidad de pobres y de indigentes de la Argentina es un misterio. Así lo entiende el investigador del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa) Jorge Colina.
"Según las cifras oficiales, los precios suben muy poco. Y como los ingresos nominales de la población están subiendo, los índices de la pobreza caen. El punto es que son sobradas las sospechas de que el Indec no está midiendo bien los precios de la Canasta Básica Total (CBT), que sirve para medir el nivel de pobreza, y los de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que se utilizan para medir la indigencia", explicó el especialista en diálogo con LA GACETA.
Colina recordó que las sospechas de distorsión de las cifras oficiales de la inflación comenzaron en 2007. "Los datos del segundo semestre de 2006 son los últimos confiables. Entonces, la pobreza se situaba en el 26,9%, y todavía se estaba a tiempo de efectuar una proyección alternativa. Pero ya pasó un año y medio (de la intervención política al Indec), con lo cual no hay posibilidades de hacer proyecciones", aseveró el experto.
Colina dijo que la pobreza va a seguir cayendo, pero en los índices, porque los ingresos de los hogares aumentan nominalmente, y no sube en la misma proporción el índice de precios.
A la explicación del investigador cabe añadir que los cálculos de la pobreza y de la indigencia informados por el Indec corresponden a los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) recogidos en 31 aglomerados urbanos del país, pero no en el interior de las provincias, donde las necesidades básicas insatisfechas pueden ser aún más acentuadas que en las ciudades.
"Según las cifras oficiales, los precios suben muy poco. Y como los ingresos nominales de la población están subiendo, los índices de la pobreza caen. El punto es que son sobradas las sospechas de que el Indec no está midiendo bien los precios de la Canasta Básica Total (CBT), que sirve para medir el nivel de pobreza, y los de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que se utilizan para medir la indigencia", explicó el especialista en diálogo con LA GACETA.
Colina recordó que las sospechas de distorsión de las cifras oficiales de la inflación comenzaron en 2007. "Los datos del segundo semestre de 2006 son los últimos confiables. Entonces, la pobreza se situaba en el 26,9%, y todavía se estaba a tiempo de efectuar una proyección alternativa. Pero ya pasó un año y medio (de la intervención política al Indec), con lo cual no hay posibilidades de hacer proyecciones", aseveró el experto.
Colina dijo que la pobreza va a seguir cayendo, pero en los índices, porque los ingresos de los hogares aumentan nominalmente, y no sube en la misma proporción el índice de precios.
A la explicación del investigador cabe añadir que los cálculos de la pobreza y de la indigencia informados por el Indec corresponden a los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) recogidos en 31 aglomerados urbanos del país, pero no en el interior de las provincias, donde las necesidades básicas insatisfechas pueden ser aún más acentuadas que en las ciudades.
NOTICIAS RELACIONADAS