"El terrorismo necesita de los medios para tener éxito"

Cuando hace casi una década la licenciada en Historia Patricia Kreibohm buscó directores académicos para investigar el tema "terrorismo", por lo menos dos profesores intentaron persuadirla, con elegancia, para que buscara cuestiones "menos ríspidas". No tuvieron éxito. Ahora, con su libro "El terrorismo contemporáneo" recién salido de imprenta, la experta en Relaciones Internacionales aporta una perspectiva sobre el tema y aventura que la situación de Bolivia es propicia para la irrupción de grupos violentos organizados, desde cualquiera de los bandos en pugna.

-¿Se puede ser neutral ante un tema como el terrorismo?
- No del todo, pero se puede adquirir cierto status técnico que permita analizar sin involucrarse. El terrorismo es un problema interdisciplinario: tiene implicancias políticas, jurídicas, psicológicas, ideológicas, económicas, militares. Por otro lado, suscita pasión porque está involucrada la cuestión ideológica. Pero eso se supera con el esfuerzo del investigador de tratar de verlo como un objeto, en el contexto de análisis que corresponde. No hay en el mundo una definición consensuada del término terrorismo. Por lo tanto, cada Estado, cada autor, lo define a su manera y lo responde como considera. Para los Estados Unidos, es una forma de guerra, solapada y practicada por Estados de manera encubierta. Por lo tanto, la respuesta que requiere es militar. Para los europeos continentales es un delito, se inscribe en la esfera del Estado de derecho, y lo investigan la Policía y la Justicia. Ni la ONU tiene una definición de terrorismo.

- ¿Qué le pasó cuando vio caer las torres, el 11 de septiembre de 2001?
- Cuando me dijeron que un avión se había estrellado, pensé que había sido un accidente. Pero cuando lo vi, me di cuenta: es ?el paradigma?. La caída de las Torres es el modelo máximo del atentado ideal: cumple con todos los requisitos, respeta la dinámica y la mecánica del terrorismo, la retroalimentación entre la violencia y su publicación en los medios para propagar el terror, porque necesita de la pantalla.

- ¿Siempre necesita hacer públicas sus acciones?
- Siempre. Hay un autor que dice que lo peor que le puede pasar al terrorista es no captar la atención... porque uno de los ejes fundamentales es propagar el terror. Y eso ocurre a través de la proyección de las acciones. Desde que existen los medios, la TV sobre todo, hay una enorme polémica entre la tarea de los medios y las acciones terroristas.En EE.UU no se vio un solo cadáver. Incluso, en Madrid, se colocaron cortinas para negarle a la prensa la visual en la boca del subterráneo. Los terroristas dicen que no tienen nada contra las víctimas, que estas son intermediarios para llegar a quienes quieren atacar, que son, normalmente, sistemas de poderes.

- ¿Qué ha cambiado en el terrorismo?
- Un cambio importante es que el terror tenía antes una serie de límites éticos que el terrorismo actual ya no tiene.

- ¿Encontró respuesta a por qué se corrió ese límite ético?
- Hay quienes dicen que tiene que ver con el desmoronamiento de los valores de la Ilustración. Conque la posmodernidad echó por tierra los parámetros éticos de la democracia de masas; y otros afirman que tanto el marxismo como el nacionalismo o el capitalismo han sostenido que el límite ético es en realidad una trampa para la propia práctica, y que hay que vencerla. Esto hizo que el terrorista de la metralleta de hoy tenga muy poco que ver con aquel cuasi atacante solitario que ponía una bomba. El terrorista actual tiene el monopolio del momento, del lugar y de la víctima. Ellos eligen el cuándo, el dónde y el quién. Esa es una de sus características principales: la imprevisibilidad. Hay un autor que señala que el terrorismo es un teatro que está planeado, ensayado y calculado, tanto en los tiempos como en los ritmos, las intensidades, las participaciones. Los 17 y 18 minutos que tardaron entre un avión y otro durante el atentado contra las Torres Gemelas es el tiempo que ellos saben que hay que darles a los medios para que lleguen al lugar del hecho, o bien el que necesita una persona para llegarse hasta un bar donde haya un televisor. De la primera torre hay una sola imagen casual de un turista, mientras que de la segunda hay miles de tomas.

- Entonces, lo peor que les puede pasar es que los medios hagan un pacto y no transmitan nada...
- Claro, porque esa es la única forma de propagar el terror.

- En su óptica ¿es lo mismo guerrilla que terrorismo?
- La guerrilla es también violencia política, pero es la forma de lucha del débil; es fundamentalmente rural, y necesita de la ayuda clandestina de la población civil, hasta que pueda tomar el poder. El guerrillero combate. El terrorista, en cambio, nunca entra en combate. Pone una bomba y se va. O se inmola, para no dejar huellas.

- ¿ En qué puede derivar la crisis de Bolivia?
- El caso boliviano es crítico: hay una puja entre kollas y cambas, por un lado, y por el otro lado tiene una mitad pobre y una mitad rica. Y no veo que Evo Morales esté pudiendo armonizar esas dos partes. En Bolivia se están dando las condiciones para que los disconformes, ya sea los indígenas, o los que están planteando demandas, se organicen y elijan el camino de la violencia armada. Se están dando las condiciones para que surjan grupos de violencia organizada, que podrán ser guerrilleros, terroristas o paramilitares. Por otro lado, la autonomía no es independencia. Los cambas buscan que los Estados puedan elegir sus autoridades, fijar sus impuestos, y no depender del todo de lo que se resuelva en La Paz. De modo que la demanda de autonomía no es tan descabellada, sobre todo si estamos hablando de una república tan unitaria como Bolivia. Lo que parece es que nuestras democracias, tal como las conocemos, son una condición necesaria, pero no suficiente, para resolver los conflictos. Se requiere el emerger de nuevas dirigencias, con cambios sustanciales en lo socioeconómico. Brasil, con toda su pobreza y sus asimetrías, parece estar encaminando mejor las cosas.