16 Septiembre 2008
FRANCFORT, Alemania/NUEVA YORK, Estados Unidos/LONDRES, Inglaterra/TOKIO, Japón.- La crisis financiera en Wall Street registró nuevas embestidas hoy en el mercado europeo, cuyas acciones abrieron en baja por segundo día consecutivo, y en el asiático que, tras un feriado, experimentó por primera vez los efectos de la quiebra del banco de inversión estadounidense Lehman Brothers.
El índice FTSEurofirst 300 -que resume el comportamiento de las bolsas del Viejo Continente- cayó un 1,65 %, con lo que extendió el derrumbe de ayer, de un 3,6 %. En Japón, el índice Nikkei se hundió un 4,6 % al inicio de la jornada, algo que no ocurría desde marzo. Situaciones similares se vivieron en las bolsas de Australia, de Corea del Sur, de Singapur y de Hong Kong, entre otras.
Para minimizar los efectos del pánico entre los inversores, las entidades centrales de Europa, de Asia y de Oceanía han anunciado nuevas inyecciones de capital. En el caso del Banco Europeo (BCE), los 70.000 euros que introdujo hoy se suman a los 30.000 de ayer, con lo que el organismo monetario ha aportado 100.000 millones de fondos en dos días. La demanda de los bancos, sin embargo, excedió esa marca ante las señales de paralización de crédito.
El BCE informó que el dinero fue prestado a una tasa de interés promedio del 4,40 % y que en la subasta participaron 56 entidades. A esa inyección se le sumó la del Banco de Inglaterra, que intervino por segunda vez en dos días y suministró U$S 36.000 millones. La suma cuadruplica la intervención ordenada por la entidad ayer.
En tanto, el Banco Central japonés inyectó U$S 14.200 millones. Su presidente, Masaaki Shirakawa, prometió que va a esforzarse para estabilizar los mercados. Esta liberación de fondos se realiza a través de operaciones "open market", mediante las cuales se compra títulos a los bancos privados para aumentar la liquidez.
La próxima víctima
Más allá del terremoto que se desató ayer tras la caída de un gigante estadounidense, existe otro dato que causa temor y desconcierto entre los inversores: Wall Street ya ha señalado cuál será la próxima víctima del desplome bancario. Se trata de American International Group (AIG), la mayor aseguradora del mundo, que ayer cayó un 61 %, lo que se une al derrumbe del 30 % del viernes pasado. En todo el año, la compañía va perdiendo un 92 %, precisa el diario español "El País".
El mercado teme que AIG siga el camino de Lehman ya que fallaron los planes de rescate del equipo gestor. Además, la firma, que ya tenía problemas de liquidez, ahora tendrá más caro y más difícil el acceso a nuevas líneas de financiación.
Un reciente trueque de activos gestionado por el estado de Nueva York dará al tambaleante grupo un salvataje de U$S 20.000 millones, pero su rescate a largo plazo dependerá de un financiamiento adicional. Los esfuerzos de los bancos están respaldados por la Reserva Federal, a la que AIG acudió en busca de asistencia, tras infructuosas negociaciones con varias firmas privadas y con Berkshire Hathaway, la firma de Warren Buffett.
Los problemas de AIG provienen de garantías que suscribió sobre derivados atados a hipotecas y que le han reportado un total de U$S 18.000 millones en pérdidas a lo largo de los últimos tres trimestres.
En los últimos días, la firma exploró un amplio rango de opciones para reunir capital y eludir el recorte de su calificación, pero las tres máximas calificadoras mundiales le redujeron la nota y advirtieron que podrían recortarla aún más. Esto provocó que se le hiciera más trabajoso y caro conseguir financiamiento. (Reuters-AFP-NA-DPA-Especial)
El índice FTSEurofirst 300 -que resume el comportamiento de las bolsas del Viejo Continente- cayó un 1,65 %, con lo que extendió el derrumbe de ayer, de un 3,6 %. En Japón, el índice Nikkei se hundió un 4,6 % al inicio de la jornada, algo que no ocurría desde marzo. Situaciones similares se vivieron en las bolsas de Australia, de Corea del Sur, de Singapur y de Hong Kong, entre otras.
Para minimizar los efectos del pánico entre los inversores, las entidades centrales de Europa, de Asia y de Oceanía han anunciado nuevas inyecciones de capital. En el caso del Banco Europeo (BCE), los 70.000 euros que introdujo hoy se suman a los 30.000 de ayer, con lo que el organismo monetario ha aportado 100.000 millones de fondos en dos días. La demanda de los bancos, sin embargo, excedió esa marca ante las señales de paralización de crédito.
El BCE informó que el dinero fue prestado a una tasa de interés promedio del 4,40 % y que en la subasta participaron 56 entidades. A esa inyección se le sumó la del Banco de Inglaterra, que intervino por segunda vez en dos días y suministró U$S 36.000 millones. La suma cuadruplica la intervención ordenada por la entidad ayer.
En tanto, el Banco Central japonés inyectó U$S 14.200 millones. Su presidente, Masaaki Shirakawa, prometió que va a esforzarse para estabilizar los mercados. Esta liberación de fondos se realiza a través de operaciones "open market", mediante las cuales se compra títulos a los bancos privados para aumentar la liquidez.
La próxima víctima
Más allá del terremoto que se desató ayer tras la caída de un gigante estadounidense, existe otro dato que causa temor y desconcierto entre los inversores: Wall Street ya ha señalado cuál será la próxima víctima del desplome bancario. Se trata de American International Group (AIG), la mayor aseguradora del mundo, que ayer cayó un 61 %, lo que se une al derrumbe del 30 % del viernes pasado. En todo el año, la compañía va perdiendo un 92 %, precisa el diario español "El País".
El mercado teme que AIG siga el camino de Lehman ya que fallaron los planes de rescate del equipo gestor. Además, la firma, que ya tenía problemas de liquidez, ahora tendrá más caro y más difícil el acceso a nuevas líneas de financiación.
Un reciente trueque de activos gestionado por el estado de Nueva York dará al tambaleante grupo un salvataje de U$S 20.000 millones, pero su rescate a largo plazo dependerá de un financiamiento adicional. Los esfuerzos de los bancos están respaldados por la Reserva Federal, a la que AIG acudió en busca de asistencia, tras infructuosas negociaciones con varias firmas privadas y con Berkshire Hathaway, la firma de Warren Buffett.
Los problemas de AIG provienen de garantías que suscribió sobre derivados atados a hipotecas y que le han reportado un total de U$S 18.000 millones en pérdidas a lo largo de los últimos tres trimestres.
En los últimos días, la firma exploró un amplio rango de opciones para reunir capital y eludir el recorte de su calificación, pero las tres máximas calificadoras mundiales le redujeron la nota y advirtieron que podrían recortarla aún más. Esto provocó que se le hiciera más trabajoso y caro conseguir financiamiento. (Reuters-AFP-NA-DPA-Especial)
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