Impulsadas por la cocina gourmet, en los viveros afirman que hay una fuerte tendencia a incorporar las especies a los canteros y jardineras con el propósito de aromatizar el aire y usarlas para el consumo. Con apenas $ 10 se puede tener una mini huerta en casa.
Albahaca, romero, yerba buena, orégano, ciboulette, tomillo, cilantro y perejil son las más comunes y cada plantín cuesta entre $ 2 y $ 3. "Todas las hierbas necesitan, en general, poca agua y poco sol. En invierno les puede dar el sol todo el día; en el verano, sólo por la mañana. Son plantitas que crecen rápido y se pueden cuidar con facilidad. En una misma maceta se pueden plantar distintas hierbas", explicó el ingeniero agrónomo Enrique Bollero, propietario de un vivero. A fin de que se mantengan saludables, hay que poner especial atención a la tierra donde se las planta. "Todas las hierbas aromáticas necesitan un suelo bien drenado. Para conseguirlo, se debe mezclar partes iguales de tierra negra, arena y mantillo. Esto evitará que la tierra se ponga dura y que el agua se mantenga en la superficie".
Siembra
Otra posibilidad para armar el rincón aromático es hacerlo con semillas. Las bolsas cuestan entre $ 1 y $ 2. Conviene efectuar la siembra durante los meses de primavera y verano. Antonio Langhella, propietario de una semillería, explicó que hay tres métodos de siembra. "Uno es ?al voleo?, que es cuando se arrojan las semillas con la mano sobre la tierra removida; el otro es ?en línea?, cuando se trazan surcos y se arrojan dentro de ellos las semillas. Por último, está el sistema de almácigos, cuando se elige un suelo protegido, en cajones o macetas", precisó el especialista. Advirtió que deben ser transplantadas del almácigo al jardín sólo cuando alcanzan entre ocho y 15 centímetros de altura.
"No es lo mismo cocinar con hierbas naturales que con las secas. Las frescas concentran el sabor y el aroma por lo que, en muchos casos, se usa la mitad de la cantidad que se emplearía si fueran secas", especificó el chef internacional Ramón González. La tendencia, señaló el experto, "está asociada a la cocina gourmet, que impone rescatar los sabores naturales y combinarlos de tal manera que cada uno de ellos se destaque y ninguno tape al otro. Para ello, se requieren hierbas frescas", afirmó.
El sitio ideal
TUCUMAN TIENE un clima privilegiado para la plantación de hierbas. Si bien algunas zonas son más aptas que otras, existen muchos espacios adecuados. Lo importante es que tengan luz, algo de sol y agua.
SE ADAPTAN, en general, al frío y al calor, a excepción de la albahaca (que requiere protección de las heladas). Casi todas se pueden sembrar en cualquier estación y muchas son perennes.
UNA DE LAS HIERBAS más frágiles es la albaca. El secreto para que no muera es recortarla antes de la floración y cubrirla de las heladas.
EL RIEGO de las hierbas no es un problema. Son plantas de fácil cuidado. Como recomendación, en verano sólo necesitan el sol de la mañana. Un suelo apenas húmedo y bien drenado son suficientes.
AL SER DE CONSUMO, las hierbas nunca crecen demasiado. La ?poda? permanente las mantiene pequeñas. Por ello, un pequeño espacio, como el de una maceta, puede ser perfecto para sembrarlas.
PUEDEN ESTAR al aire libre o en el interior, siempre que reciban luz solar. Si obligadamente deben estar en maceta, un sitio cómodo resulta la cocina. Lo importante es que cuenten con una buena ventilación, por ejemplo, al lado de la ventana, porque la calefacción o el excesivo calor puede ser perjudicial.
A LA MAYORIA las perjudica el exceso de riego. No obstante, necesitan más agua las que están en maceta que las de un jardín.
EN CASO DE PESTES no es conveniente aplicar pesticidas porque son plantas para el consumo humano. No obstante, sí se pueden colocar abonos que fortalezcan la planta.
RECOMIENDAN recortar las hierbas perennes al menos una vez al año, tras la floración, para provocar un nuevo desarrollo sano. Se lo puede hacer con el orégano, la menta y el tomillo, entre otras.
SON PLANTAS que se reemplazan anualmente pero que se reproducen y crecen rápidamente.
PARA CONSERVAS las hierbas hay dos posibilidades: secarlas o congelarlas. Se las seca atándolas y colgándolas en ramilletes boca abajo o extendiéndolas sobre un papel. El lugar debe ser ventilado y cálido (entre 21 y 27 grados). El proceso tarda de dos a ocho días hasta que se completa el secado. Algunas hierbas, tales como el perejil o la albahaca, conservan mejor su sabor congeladas que secadas. Para freezarlas deben estar sin humedad.