28 Agosto 2008
INACTIVIDAD. Los legisladores volverán al recinto tras casi dos meses: la última sesión se hizo el 3 de julio. LA GACETA/JUAN PABLO SANCHEZ NOLI
Algunos legisladores participarán de la sesión con la misma pereza con que un adolescente va a la escuela. Incluso, hay quienes directamente faltarán a la cita y aquellos que presenciarán la primera parte y luego de retirarán. Resulta paradójico, pero después de 57 días de inactividad, son pocos los parlamentarios que acudirán entusiasmados al recinto.
La apatía por el debate, que comenzará a las ocho, se tradujo en un temario acotado, con pocos asuntos que despierten tensión política (ver "Facultarán..."). En rigor, hasta los referentes del oficialismo reconocen que la convocatoria pretende cumplir una formalidad: sostienen que la parálisis legislativa se extendió más de lo deseado (la última sesión se concretó el 3 de julio).
Por eso mismo, hay legisladores que rezongan públicamente del llamado a sesión, teniendo en cuenta que el encuentro se realizará en simultáneo con la última audiencia del juicio oral en contra del ex gobernador Antonio Domingo Bussi. La oposición perderá a dos representantes: los hijos del militar retirado, Luis José y Ricardo, irán a la sede del Tribunal Federal a las 9.30, ya que a esa hora tiene previsto pronunciarse su padre.
El presidente del bloque Tucumán Crece, Roque Alvarez, minimizó la coincidencia de los eventos, y negó que la convocatoria esconda alguna otra finalidad. "Esta semana no iba a haber sesión porque el jueves y viernes se iban a desarrollar las jornadas legislativas. Finalmente, esa reunión se hizo entre lunes y martes y por eso decidimos sesionar", dijo. "Seguramente habrá legisladores que no irán", reconoció.
Precisamente, Héctor Romano (Movimiento Libres del Sur) es uno de los que gruñó al tomar conocimiento de la sesión y advirtió que a las 9 abandonará su banca. No obstante, dejará en manos del secretario parlamentario, Juan Antonio Ruiz Olivares, un proyecto de resolución mediante el que repudia los dichos de Ricardo Bussi en contra del informe de la Comisión Bicameral de la Legislatura de 1984 ("carece de seriedad", había dicho el republicano). "Mi intención era presentarlo yo, porque quiero reafirmar el trabajo de la Bicameral, pero bueno... tengo que elegir y optaré por seguir las alternativas del juicio, como lo hice desde que comenzó", explicó Romano.
Según se vislumbra, no será el único. Sus pares Carolina Vargas Aignasse, Antonio Raed, Pedro Balceda y Marta Zurita comentaron en los pasillos que tenían intenciones de presenciar el proceso penal más que de asistir a Rivadavia 25. Incluso, Zurita consideró que se debería haber suspendido la sesión. "No tengo decidido qué haré. En principio iré a la Legislatura, pero querría ir al juicio", sostuvo. También criticó los dichos de Bussi (h). "Me molestaron las palabras de Ricardo. Estuvimos lentos, podríamos haber hecho un pedido formal para que se postergara el debate; estamos frente a un juicio histórico y lo vamos a desaprovechar", refunfuñó.
La apatía por el debate, que comenzará a las ocho, se tradujo en un temario acotado, con pocos asuntos que despierten tensión política (ver "Facultarán..."). En rigor, hasta los referentes del oficialismo reconocen que la convocatoria pretende cumplir una formalidad: sostienen que la parálisis legislativa se extendió más de lo deseado (la última sesión se concretó el 3 de julio).
Por eso mismo, hay legisladores que rezongan públicamente del llamado a sesión, teniendo en cuenta que el encuentro se realizará en simultáneo con la última audiencia del juicio oral en contra del ex gobernador Antonio Domingo Bussi. La oposición perderá a dos representantes: los hijos del militar retirado, Luis José y Ricardo, irán a la sede del Tribunal Federal a las 9.30, ya que a esa hora tiene previsto pronunciarse su padre.
El presidente del bloque Tucumán Crece, Roque Alvarez, minimizó la coincidencia de los eventos, y negó que la convocatoria esconda alguna otra finalidad. "Esta semana no iba a haber sesión porque el jueves y viernes se iban a desarrollar las jornadas legislativas. Finalmente, esa reunión se hizo entre lunes y martes y por eso decidimos sesionar", dijo. "Seguramente habrá legisladores que no irán", reconoció.
Precisamente, Héctor Romano (Movimiento Libres del Sur) es uno de los que gruñó al tomar conocimiento de la sesión y advirtió que a las 9 abandonará su banca. No obstante, dejará en manos del secretario parlamentario, Juan Antonio Ruiz Olivares, un proyecto de resolución mediante el que repudia los dichos de Ricardo Bussi en contra del informe de la Comisión Bicameral de la Legislatura de 1984 ("carece de seriedad", había dicho el republicano). "Mi intención era presentarlo yo, porque quiero reafirmar el trabajo de la Bicameral, pero bueno... tengo que elegir y optaré por seguir las alternativas del juicio, como lo hice desde que comenzó", explicó Romano.
Según se vislumbra, no será el único. Sus pares Carolina Vargas Aignasse, Antonio Raed, Pedro Balceda y Marta Zurita comentaron en los pasillos que tenían intenciones de presenciar el proceso penal más que de asistir a Rivadavia 25. Incluso, Zurita consideró que se debería haber suspendido la sesión. "No tengo decidido qué haré. En principio iré a la Legislatura, pero querría ir al juicio", sostuvo. También criticó los dichos de Bussi (h). "Me molestaron las palabras de Ricardo. Estuvimos lentos, podríamos haber hecho un pedido formal para que se postergara el debate; estamos frente a un juicio histórico y lo vamos a desaprovechar", refunfuñó.
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