19 Agosto 2008
El Tribunal escuchará los últimos testimonios
El primero en sentarse frente a los magistrados, a las 9.30, será Rodolfo Vargas Aignasse, hermano del ex senador provincial peronista. Los jueces deberán resolver si declarará un testigo citado por Bussi que se excusó por haber mantenido amistad con la víctima. No se sabe si notificaron a otro declarante.
CUENTA FINAL. Hoy se realizará la última audiencia con declaraciones de los testigos ante el tribunal, luego vendrán los alegatos de las partes. LA GACETA/JUAN PABLO SANCHEZ NOLI
La última tanda de testimonios en el juicio que se sustancia en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOF) por la desaparición del senador provincial justicialista Guillermo Vargas Aignasse comenzará lugar hoy, desde las 9.30. Las declaraciones abordarán distintos aspectos del episodio, desde el dolor personal de los familiares de la víctima, hasta las condiciones de detención de los presos políticos y la investigación realizada por el hecho.
El abanico abarca los testigos ofrecidos por la acusación, a cargo del fiscal federal general ante el TOF, Alfredo Terraf, y por la defensa de Luciano Benjamín Menéndez y de Antonio Bussi, que encabezan Horacio Guerineau y Amalina Assaf, respectivamente.
En primer término declarará Rodolfo Vargas Aignasse, hermano de la víctima, quien abrió la causa penal en 1984 para determinar lo ocurrido con el senador. Según lo dicho en el juicio por la esposa del desaparecido, Marta Cárdenas, los hermanos se reunieron en su casa pocas horas antes de la detención del 24 de marzo de 1976, conscientes de la inminencia del golpe de Estado. Incluso, evaluaron alternativas de fuga, que en definitiva fueron desechadas.
Las preguntas girarán alrededor de esa última noche conjunta, de las pesquisas realizadas luego y de la causa judicial.
Jesús Alberto Curetti también fue ofrecido como testigo, pero no pudieron localizar un domilicio para notificarlo. En el expediente judicial, este ingeniero que en 1976 se domiciliaba en Concepción es mencionado como apoderado de la empresa Calix, y en ese rol se presentó a reclamar la entrega de una camioneta blanca, marca Chevrolet, en la cual se habrían desplazado los supuestos secuestradores de Vargas Aignasse, en la noche del 5 de abril de 1976, según el relato oficial. El vehículo apareció pocos días después, y fue estacionado en la comisaría III de la Policía.
Luego será el turno del ex secretario general de la CGT, Regional Tucumán, en 1976, Juan Palavecino. El gremialista estuvo detenido en el penal de Villa Urquiza y, en una declaración efectuada en 1984 ante el juez militar Roque Cabral afirmó que los presos políticos eran tratados muy bien y amablemente en el lugar. Ahora será indagado para determinar si ratifica o rectifica las palabras proferidas en aquella oportunidad.
El militar retirado del área de Inteligencia del Ejército, Ernesto Chávez, es la pareja de Cárdenas desde tiempo después de la desaparición de Vargas Aignasse, situación que justifica su citación a criterio de la defensa. Se plantearía un cuestionario basado en su conocimiento del secuestro ocurrido en el 76 y acerca de cuándo comenzó su relación con la familia Vargas Aignasse.
El fiscal ya advirtió que formulará objeciones si durante la declaración testimonial se avanza sobre aspectos de la vida privada de Cárdenas, aunque una de las hipótesis sostenida por Bussi es la de la posibilidad de que se trate de un crimen pasional.
La situación de Martínez
El TOF deberá resolver sobre la situación del ex juez federal Manlio Torcuato Martínez, quien fue citado a pedido de Bussi, pero que se excusó por haber tenido amistad con Vargas Aignasse y por haber cuestionado al ex gobernador en 1998, por el escándalo de las cuentas en Suiza.
La convocatoria a Martínez se fundamenta en que fue el juez que investigó la denuncia original por la desaparición del dirigente peronista, caratulada como "Autores desconocidos s/ secuestro-víctimas Guillermo Claudio Vargas Aignasse y Guillermo Pedro Rubio". Seis meses después del episodio, el entonces juez federal dispuso el sobreseimiento provisorio en el expediente 262/76, sin haber podido determinar la identidad de los atacantes. Precisamente, el interrogatorio se referirá a la labor desarrollada para determinar la verdad de lo acontecido y sus conclusiones.
El tribunal también convocó a comparecer al teniente coronel retirado del Ejército, Alberto Gerardo Cerúsico, a quien Cárdenas mencionó en su testimonio como un conocido cuyo nombre invocó para poder ingresar a la Casa de Gobierno y hablar con Bussi en marzo de 1976. Cerúsico ya fue localizado en la Capital Federal, pero como no consiguió pasajes para trasladarse hoy a Tucumán, lo haría mañana, ocasión en que declararía.
Mañana será la última audiencia antes de los alegatos. En ella se incorporarán por lectura declaraciones de personas fallecidas, y la prueba instrumental de documentos, actas y escritos ofrecidos (entre ellos, el anexo entregado por Bussi cuando declaró), a tenor de lo dispuesto en los artículos 391 y 392 del Código Procesal Penal de la Nación.
El abanico abarca los testigos ofrecidos por la acusación, a cargo del fiscal federal general ante el TOF, Alfredo Terraf, y por la defensa de Luciano Benjamín Menéndez y de Antonio Bussi, que encabezan Horacio Guerineau y Amalina Assaf, respectivamente.
En primer término declarará Rodolfo Vargas Aignasse, hermano de la víctima, quien abrió la causa penal en 1984 para determinar lo ocurrido con el senador. Según lo dicho en el juicio por la esposa del desaparecido, Marta Cárdenas, los hermanos se reunieron en su casa pocas horas antes de la detención del 24 de marzo de 1976, conscientes de la inminencia del golpe de Estado. Incluso, evaluaron alternativas de fuga, que en definitiva fueron desechadas.
Las preguntas girarán alrededor de esa última noche conjunta, de las pesquisas realizadas luego y de la causa judicial.
Jesús Alberto Curetti también fue ofrecido como testigo, pero no pudieron localizar un domilicio para notificarlo. En el expediente judicial, este ingeniero que en 1976 se domiciliaba en Concepción es mencionado como apoderado de la empresa Calix, y en ese rol se presentó a reclamar la entrega de una camioneta blanca, marca Chevrolet, en la cual se habrían desplazado los supuestos secuestradores de Vargas Aignasse, en la noche del 5 de abril de 1976, según el relato oficial. El vehículo apareció pocos días después, y fue estacionado en la comisaría III de la Policía.
Luego será el turno del ex secretario general de la CGT, Regional Tucumán, en 1976, Juan Palavecino. El gremialista estuvo detenido en el penal de Villa Urquiza y, en una declaración efectuada en 1984 ante el juez militar Roque Cabral afirmó que los presos políticos eran tratados muy bien y amablemente en el lugar. Ahora será indagado para determinar si ratifica o rectifica las palabras proferidas en aquella oportunidad.
El militar retirado del área de Inteligencia del Ejército, Ernesto Chávez, es la pareja de Cárdenas desde tiempo después de la desaparición de Vargas Aignasse, situación que justifica su citación a criterio de la defensa. Se plantearía un cuestionario basado en su conocimiento del secuestro ocurrido en el 76 y acerca de cuándo comenzó su relación con la familia Vargas Aignasse.
El fiscal ya advirtió que formulará objeciones si durante la declaración testimonial se avanza sobre aspectos de la vida privada de Cárdenas, aunque una de las hipótesis sostenida por Bussi es la de la posibilidad de que se trate de un crimen pasional.
La situación de Martínez
El TOF deberá resolver sobre la situación del ex juez federal Manlio Torcuato Martínez, quien fue citado a pedido de Bussi, pero que se excusó por haber tenido amistad con Vargas Aignasse y por haber cuestionado al ex gobernador en 1998, por el escándalo de las cuentas en Suiza.
La convocatoria a Martínez se fundamenta en que fue el juez que investigó la denuncia original por la desaparición del dirigente peronista, caratulada como "Autores desconocidos s/ secuestro-víctimas Guillermo Claudio Vargas Aignasse y Guillermo Pedro Rubio". Seis meses después del episodio, el entonces juez federal dispuso el sobreseimiento provisorio en el expediente 262/76, sin haber podido determinar la identidad de los atacantes. Precisamente, el interrogatorio se referirá a la labor desarrollada para determinar la verdad de lo acontecido y sus conclusiones.
El tribunal también convocó a comparecer al teniente coronel retirado del Ejército, Alberto Gerardo Cerúsico, a quien Cárdenas mencionó en su testimonio como un conocido cuyo nombre invocó para poder ingresar a la Casa de Gobierno y hablar con Bussi en marzo de 1976. Cerúsico ya fue localizado en la Capital Federal, pero como no consiguió pasajes para trasladarse hoy a Tucumán, lo haría mañana, ocasión en que declararía.
Mañana será la última audiencia antes de los alegatos. En ella se incorporarán por lectura declaraciones de personas fallecidas, y la prueba instrumental de documentos, actas y escritos ofrecidos (entre ellos, el anexo entregado por Bussi cuando declaró), a tenor de lo dispuesto en los artículos 391 y 392 del Código Procesal Penal de la Nación.
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