13 Agosto 2008
MILENARIA TECNICA CHINA. En la acupuntura se emplean agujas finas que se introducen en puntos estratégicos para aliviar malestares y dolores.
Las intervenciones no farmacológicas son aportes importantes para el tratamiento de pacientes que sufren dolor como consecuencia de males como el cáncer. Existe una variedad de técnicas para reducir tanto el dolor como los trastornos del estado de ánimo e incrementar la calidad de vida. Sin embargo, los médicos están relativamente poco informados sobre cuáles de estas modalidades tienen evidencias empíricas comprobadas, según un artículo publicado recientemente en el Journal of the American Osteopathic Association. Un número creciente de personas con cáncer sobrevive a la etapa primaria del tratamiento. En los últimos 30 años, en los Estados Unidos, el número de sobrevivientes a esta enfermedad se triplicó, totalizando más de 10 millones de personas, y haciendo que hoy se piense cada vez más en el cáncer como una condición crónica, más que como en un estado terminal.
Según la autora del trabajo ?Lynette A. Menefee Pujol, del departamento de Anestesiología del Jefferson Pain Center de la ciudad estadounidense de Filadelfia? hay ciertas preocupaciones para los sobrevivientes: el dolor, la fatiga, cambios cognitivos, su imagen corporal, el funcionamiento sexual, la infertilidad. Hay quienes desarrollan síntomas de estrés postraumático, depresión, ansiedad y preocupación por una posible recurrencia de la enfermedad.
Pero hay pocos estudios sobre el dolor crónico entre sobrevivientes al cáncer, aunque son bien conocidos los síndromes de dolor postratamiento. La cirugía, las amputaciones, la terapia con rayos y la quimioterapia son fuentes potenciales de daño en vías nerviosas, que pueden derivar en dolor crónico.
La prevalencia de dolor en los pacientes con cáncer está entre un 50 y un 70 por ciento durante el tratamiento, y en un 65% cuando la enfermedad está avanzada. Los factores que originan el dolor incluyen la progresión de la enfermedad, la modalidad de tratamiento, el dolor musculoesquelético debido a la inactividad, e infecciones relacionadas con el cáncer que derivan en dolor neuropático.
Las estrategias de intervención farmacológica son la primera línea que utilizan los médicos en los tratamientos para los pacientes con dolor. Sin embargo, los efectos adversos limitan la potencial utilidad de estas estrategias ?afirma Pujol? quien señala que otras modalidades de tratamiento adicionales incluyen intervenciones físicas, psicológicas y sociales, junto con técnicas provenientes de las llamadas medicinas complementarias.
"Muchas de estas intervenciones tienen escaso riesgo y pueden incrementar la capacidad de los pacientes de controlar su dolor, como asimismo aumentar su calidad de vida", afirma la especialista. Entre las intervenciones físicas, Pujol menciona a los tratamientos de rehabilitación, que tienden a optimizar el rango de movimientos, la fuerza, la resistencia y el control neuromuscular, lo que reduce la inestabilidad y el dolor asociados con la falta de uso de ciertas partes del cuerpo. Otro tratamiento físico efectivo es la estimulación eléctrica transcutánea, una suave estimulación eléctrica a las regiones con dolor.
Las intervenciones psicológicas están dirigidas a combatir el estrés psíquico, que puede provocar trastornos del estado de ánimo, miedo y ansiedad. Mediante terapia cognitiva, por ejemplo, se le pide al paciente que esté atento a su dolor, que recuerde los pensamientos y emociones en ciertos períodos del día y vea en qué circuntancias aumenta. Luego discutirá con el terapeuta sus pensamientos y las relaciones de estos con las emociones que le producen. En muchos casos entran en acción pensamientos y creencias automáticas que pueden identificarse y cambiarse mediante la terapia, mejorando el modo de enfrentar el dolor.
Equilibrio psicofísico
Según la medicina tradicional china la salud es el resultado de un balance entre el individuo y el ambiente. El chi es una energía vital que fluye siguiendo patrones típicos ("meridianos"). El malestar psicofísico bloquea ese chi, y el objetivo es recuperar el equilibrio con acupuntura y el qigong (chi kung). Este se usa para manipular la energía con movimientos lentos del cuerpo y meditación.
Según la autora del trabajo ?Lynette A. Menefee Pujol, del departamento de Anestesiología del Jefferson Pain Center de la ciudad estadounidense de Filadelfia? hay ciertas preocupaciones para los sobrevivientes: el dolor, la fatiga, cambios cognitivos, su imagen corporal, el funcionamiento sexual, la infertilidad. Hay quienes desarrollan síntomas de estrés postraumático, depresión, ansiedad y preocupación por una posible recurrencia de la enfermedad.
Pero hay pocos estudios sobre el dolor crónico entre sobrevivientes al cáncer, aunque son bien conocidos los síndromes de dolor postratamiento. La cirugía, las amputaciones, la terapia con rayos y la quimioterapia son fuentes potenciales de daño en vías nerviosas, que pueden derivar en dolor crónico.
La prevalencia de dolor en los pacientes con cáncer está entre un 50 y un 70 por ciento durante el tratamiento, y en un 65% cuando la enfermedad está avanzada. Los factores que originan el dolor incluyen la progresión de la enfermedad, la modalidad de tratamiento, el dolor musculoesquelético debido a la inactividad, e infecciones relacionadas con el cáncer que derivan en dolor neuropático.
Las estrategias de intervención farmacológica son la primera línea que utilizan los médicos en los tratamientos para los pacientes con dolor. Sin embargo, los efectos adversos limitan la potencial utilidad de estas estrategias ?afirma Pujol? quien señala que otras modalidades de tratamiento adicionales incluyen intervenciones físicas, psicológicas y sociales, junto con técnicas provenientes de las llamadas medicinas complementarias.
"Muchas de estas intervenciones tienen escaso riesgo y pueden incrementar la capacidad de los pacientes de controlar su dolor, como asimismo aumentar su calidad de vida", afirma la especialista. Entre las intervenciones físicas, Pujol menciona a los tratamientos de rehabilitación, que tienden a optimizar el rango de movimientos, la fuerza, la resistencia y el control neuromuscular, lo que reduce la inestabilidad y el dolor asociados con la falta de uso de ciertas partes del cuerpo. Otro tratamiento físico efectivo es la estimulación eléctrica transcutánea, una suave estimulación eléctrica a las regiones con dolor.
Las intervenciones psicológicas están dirigidas a combatir el estrés psíquico, que puede provocar trastornos del estado de ánimo, miedo y ansiedad. Mediante terapia cognitiva, por ejemplo, se le pide al paciente que esté atento a su dolor, que recuerde los pensamientos y emociones en ciertos períodos del día y vea en qué circuntancias aumenta. Luego discutirá con el terapeuta sus pensamientos y las relaciones de estos con las emociones que le producen. En muchos casos entran en acción pensamientos y creencias automáticas que pueden identificarse y cambiarse mediante la terapia, mejorando el modo de enfrentar el dolor.
Equilibrio psicofísico
Según la medicina tradicional china la salud es el resultado de un balance entre el individuo y el ambiente. El chi es una energía vital que fluye siguiendo patrones típicos ("meridianos"). El malestar psicofísico bloquea ese chi, y el objetivo es recuperar el equilibrio con acupuntura y el qigong (chi kung). Este se usa para manipular la energía con movimientos lentos del cuerpo y meditación.
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