10 Agosto 2008
PEINADO. Carolina Peñok prepara a su hijo Camilo para la sesión de fotos. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL
Fue una tarde ajetreada. Los chicos fueron citados por LA GACETA el viernes a las 19 para la sesión de fotos que ilustra la portada y las páginas de este suplemento. Gracias a la buena disposición del Ente Cultural de Tucumán, se contó con las instalaciones del teatro San Martín para concretar las tomas. A pesar de que el escenario estaba ocupado con el decorado de "Il Trovattore" (que ayer tuvo su última función), la arquitecta Susana Robles dio instrucciones para utilizar las luces y el telón del teatro.
Con algunas demoras por complicaciones en el tránsito, los chicos llegaron acompañados por sus padres, tutores y, en algunos casos, por sus hermanos. "Esto es como estar en una película", comentó Guadalupe Ponce de León, mientras curioseaba tras bambalinas. Los padres, en tanto, se ubicaron en las butacas de la platea y de los palcos para ver cómodamente cómo transcurría la sesión. "Me parece maravilloso que se haga una producción de este tipo con los chicos. Estoy segura de que es algo que ellos nunca van a olvidar", señaló la directora de teatro Lorena Mazza, responsable de Lucía Marcer y de Guadalupe.
Las fotos se hicieron en distintas partes del teatro: en las butacas, en el escenario y también en los palcos. Entre toma y toma, los chicos mostraban su histrionismo. Guadalupe hacía piruetas, María Pía Delgado dibujaba algunos pasos de flamenco y David Albarracín zapateaba. Los padres los ayudaban en la tarea acomodándoles la ropa, el peinado y, en el caso de las niñas, el maquillaje. "Le hice a mi hijo un nuevo corte de pelo, pensando justamente en esta producción de fotos", señaló Carolina Peñok, mamá de Camilo.
Y aunque no todas las madres pudieron estar presentes en el teatro, igualmente estuvieron al tanto a través de los celulares. "Mis hijas están un poco atrasadas, espero que no empiecen sin ellas", comentó por teléfono la productora Karina Fraszczak, mamá de Agostina y Candela. Las nenas llegaron justo a mitad de la sesión de fotos y, casi sin tomar aliento, se sacaron sus abrigos y posaron frente a las cámaras. Hasta la arquitecta Susana Robles se dio su tiempo para disfrutar de la escena. "Esto es maravilloso. Me encanta ver a los chicos en el teatro", dijo.
Los chicos también disfrutaron de lo lindo. Al principio tensos y distantes, todos terminaron como amigos y, abrazados, posaron para la foto de tapa, arriba del escenario. "Ahora será más famosa que antes", dijo Guadalupe al despedirse.
Con algunas demoras por complicaciones en el tránsito, los chicos llegaron acompañados por sus padres, tutores y, en algunos casos, por sus hermanos. "Esto es como estar en una película", comentó Guadalupe Ponce de León, mientras curioseaba tras bambalinas. Los padres, en tanto, se ubicaron en las butacas de la platea y de los palcos para ver cómodamente cómo transcurría la sesión. "Me parece maravilloso que se haga una producción de este tipo con los chicos. Estoy segura de que es algo que ellos nunca van a olvidar", señaló la directora de teatro Lorena Mazza, responsable de Lucía Marcer y de Guadalupe.
Las fotos se hicieron en distintas partes del teatro: en las butacas, en el escenario y también en los palcos. Entre toma y toma, los chicos mostraban su histrionismo. Guadalupe hacía piruetas, María Pía Delgado dibujaba algunos pasos de flamenco y David Albarracín zapateaba. Los padres los ayudaban en la tarea acomodándoles la ropa, el peinado y, en el caso de las niñas, el maquillaje. "Le hice a mi hijo un nuevo corte de pelo, pensando justamente en esta producción de fotos", señaló Carolina Peñok, mamá de Camilo.
Y aunque no todas las madres pudieron estar presentes en el teatro, igualmente estuvieron al tanto a través de los celulares. "Mis hijas están un poco atrasadas, espero que no empiecen sin ellas", comentó por teléfono la productora Karina Fraszczak, mamá de Agostina y Candela. Las nenas llegaron justo a mitad de la sesión de fotos y, casi sin tomar aliento, se sacaron sus abrigos y posaron frente a las cámaras. Hasta la arquitecta Susana Robles se dio su tiempo para disfrutar de la escena. "Esto es maravilloso. Me encanta ver a los chicos en el teatro", dijo.
Los chicos también disfrutaron de lo lindo. Al principio tensos y distantes, todos terminaron como amigos y, abrazados, posaron para la foto de tapa, arriba del escenario. "Ahora será más famosa que antes", dijo Guadalupe al despedirse.
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