23 Julio 2008
BUENOS AIRES.- La Argentina tuvo por lo menos ocho períodos de crecimiento económico más prolongado que el actual, que suele destacar la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
De acuerdo con las investigaciones dirigidas por el economista Orlando Ferreres, publicadas en diciembre de 2005 en el libro “Dos siglos de economía argentina”, en el país hubo períodos de crecimiento económico ininterrumpido mayores a los seis años que por el momento cuenta el lapso iniciado en el segundo semestre de 2002. Según la investigación publicada por la Fundación Norte y Sur, esos períodos estuvieron comprendidos entre los años 1810 y 1826; 1828 y 1837; 1855 y 1870; 1880 y 1889; 1902 y 1913; 1917 y 1924; 1933 y 1942 y, por último, 1963 y 1974.
De todos modos, el repaso de los períodos señalados permite concluir que no siempre el crecimiento económico general implica una mejora de la situación de todos los sectores sociales, como tampoco un lapso prolongado de bonanza es una garantía para evitar catástrofes futuras. Por ejemplo, los 10 años de crecimiento entre 1933 y 1942 coincidieron con uno de los períodos de mayores penurias económicas para la clase trabajadora, conocido popularmente como “década infame”. Asimismo, los 16 años de alza entre 1855 y 1870, así como los 10 entre 1880 y 1889, no fueron suficientes para evitar las crisis posteriores, ni los doce años entre 1963 y 1974 sirvieron de resguardo para el “rodrigazo” de 1975 y la gestión económica de la dictadura militar iniciada en 1976. (DyN)
De acuerdo con las investigaciones dirigidas por el economista Orlando Ferreres, publicadas en diciembre de 2005 en el libro “Dos siglos de economía argentina”, en el país hubo períodos de crecimiento económico ininterrumpido mayores a los seis años que por el momento cuenta el lapso iniciado en el segundo semestre de 2002. Según la investigación publicada por la Fundación Norte y Sur, esos períodos estuvieron comprendidos entre los años 1810 y 1826; 1828 y 1837; 1855 y 1870; 1880 y 1889; 1902 y 1913; 1917 y 1924; 1933 y 1942 y, por último, 1963 y 1974.
De todos modos, el repaso de los períodos señalados permite concluir que no siempre el crecimiento económico general implica una mejora de la situación de todos los sectores sociales, como tampoco un lapso prolongado de bonanza es una garantía para evitar catástrofes futuras. Por ejemplo, los 10 años de crecimiento entre 1933 y 1942 coincidieron con uno de los períodos de mayores penurias económicas para la clase trabajadora, conocido popularmente como “década infame”. Asimismo, los 16 años de alza entre 1855 y 1870, así como los 10 entre 1880 y 1889, no fueron suficientes para evitar las crisis posteriores, ni los doce años entre 1963 y 1974 sirvieron de resguardo para el “rodrigazo” de 1975 y la gestión económica de la dictadura militar iniciada en 1976. (DyN)