12 Julio 2008
No es que sea imprescindible señalarlo, pero lo cierto es que el arte pop goza de buena salud. Ocurrencia, singularidad, frescura y mucho juego pueden rastrearse como vivos testimonios en las distintas salas del MUNT. La obra de Lorena Kaethner, que ganó el primer premio, puede observarse como un trabajo en esa dirección, puesto que trae al presente el recuerdo de viejas épocas, recrea un escenario bien producido, y para que no haya confusión alguna, las marquesinas brillan a su alrededor; todo habla de lo lúdico en esta obra. "Tips para el arte contemporáneo", de Lucrecia Lionti es, tal vez, la propuesta que más lejos llega en ese sentido, cuando ironiza críticamente sobre algunas recetas. Desde otro punto de vista, el V Salón de la UNT parece ratificar su identificación con el arte contemporáneo, incluso, con aquella franja de artistas más jóvenes, que con sus búsquedas y experimentaciones demuestran que no todo está dicho ya, y que enriquecen la producción artística. Ese perfil parecen haberlo entendido los artistas más maduros, quienes difícilmente participen en la convocatoria, que tiene un carácter multidisciplinario. No se equivocan los jurados de otras ciudades cuando actúan en este salón, y se sorprenden por la cantidad y calidad. Pero asimismo, nunca estará de más la recomendación de exigir una mejor presentación, aspecto que, a veces, se descuida. El V Salón del MUNT también sirve para ratificar que los géneros no valen como tales, sino como obra: es decir, no interesa si se trata de pintura, objeto o grabado; interesa que sea obra.
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