10 Julio 2008
LA GACETA / JOSE NUNO
Desde aquel traje de encaje con el que asumió hace siete meses, muchas prendas pasaron por el guardarropas de la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner. Con o sin críticas, ella sigue invirtiendo tiempo y dinero en su imagen. Ayer, durante la visita a Tucumán por el 192º aniversario de la Declaración de la Independencia, dio muestra de ello.
En concordancia con la fecha patria, la mandataria sacó del armario un atuendo sobrio y refinado. Lució un tapado 3/4, al parecer de brocato, en tono verde esmeralda con destellos grises. Debajo del abrigo usó una falda recta hasta la rodilla, del mismo género, y una camisa gris claro. Completó el atuendo con zapatos tipo stilleto y una pequeña cartera con base. En contra de lo que los observadores más avezados esperaban, Cristina no recargó sus pestañas de rímel, sino que optó por una sombra oscura en los párpados y un brillo rosado en los labios. Como siempre, mostró las uñas esculpidas, el anillo en el meñique y la pulsera en el tobillo izquierdo.
En las últimas semanas, varias publicaciones rumoreaban que la mandataria había abandonado el escote y se había cubierto totalmente el cuello (se la vio en reiteradas oportunidades con pañuelos) para ocultar la aplicación de hilos tensores a la que se había sometido a fin de estirar la piel. Sin embargo, ayer en Tucumán no recurrió a ningún accesorio en esa parte del cuerpo.
Recordó una charla en la UNT
"Siempre que vengo lo hago con mucho afecto, ahora que soy presidenta, cuando acompañaba a Néstor, e incluso cuando ni siquiera pensaba que podía estar en este cargo y vine a dar una charla en la Facultad de Derecho de la UNT sobre los hielos continentales, otra de mis luchas", señaló a la prensa Cristina Fernández de Kirchner, luego del acto en la Casa Histórica.
En concordancia con la fecha patria, la mandataria sacó del armario un atuendo sobrio y refinado. Lució un tapado 3/4, al parecer de brocato, en tono verde esmeralda con destellos grises. Debajo del abrigo usó una falda recta hasta la rodilla, del mismo género, y una camisa gris claro. Completó el atuendo con zapatos tipo stilleto y una pequeña cartera con base. En contra de lo que los observadores más avezados esperaban, Cristina no recargó sus pestañas de rímel, sino que optó por una sombra oscura en los párpados y un brillo rosado en los labios. Como siempre, mostró las uñas esculpidas, el anillo en el meñique y la pulsera en el tobillo izquierdo.
En las últimas semanas, varias publicaciones rumoreaban que la mandataria había abandonado el escote y se había cubierto totalmente el cuello (se la vio en reiteradas oportunidades con pañuelos) para ocultar la aplicación de hilos tensores a la que se había sometido a fin de estirar la piel. Sin embargo, ayer en Tucumán no recurrió a ningún accesorio en esa parte del cuerpo.
Recordó una charla en la UNT
"Siempre que vengo lo hago con mucho afecto, ahora que soy presidenta, cuando acompañaba a Néstor, e incluso cuando ni siquiera pensaba que podía estar en este cargo y vine a dar una charla en la Facultad de Derecho de la UNT sobre los hielos continentales, otra de mis luchas", señaló a la prensa Cristina Fernández de Kirchner, luego del acto en la Casa Histórica.
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