03 Julio 2008
BOGOTA.- El 1 de marzo pasado un comando de las Fuerzas Armadas colombianas atacó un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano y mató a Raúl Reyes, miembro de la conducción de la guerrilla (Secretariado), y principal negociador humanitario.
Días después cayó Iván Ríos, el más joven miembro del Secretariado, asesinado por un subalterno que lo traicionó, mientras dormía, a cambio de una jugosa recompensa. Para cobrarla, le cortó la mano a Ríos y la entregó al Ejército. El último golpe fue la muerte del emblemático fundador de las FARC, Manuel Marulanda “Tirofijo”.
Después de estos sucesos contundentes, el primero escandaloso por la crisis regional que desató; el segundo polémico por las circunstancias y desinformación propagandística, y el tercero la pérdida del principal mando, nubló el entendimiento nacional. Hoy media Colombia está convencida de que el fin de las FARC está cerca y la otra piensa al menos que es el comienzo de su fin. (Especial)
Días después cayó Iván Ríos, el más joven miembro del Secretariado, asesinado por un subalterno que lo traicionó, mientras dormía, a cambio de una jugosa recompensa. Para cobrarla, le cortó la mano a Ríos y la entregó al Ejército. El último golpe fue la muerte del emblemático fundador de las FARC, Manuel Marulanda “Tirofijo”.
Después de estos sucesos contundentes, el primero escandaloso por la crisis regional que desató; el segundo polémico por las circunstancias y desinformación propagandística, y el tercero la pérdida del principal mando, nubló el entendimiento nacional. Hoy media Colombia está convencida de que el fin de las FARC está cerca y la otra piensa al menos que es el comienzo de su fin. (Especial)
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