01 Julio 2008
Cristina Kirchner finaliza la Presidencia pro tempore del Mercosur sin haber tenido una actuación destacada o trascendente. Su primer acto, a muy pocos días de iniciar su gobierno, fue asumir ese cargo de conducción regional en Montevideo, tras la gestión que tuvo el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez.
La Presidenta argentina había despertado la expectativa de que iba a dar mayor prioridad a la política exterior que su marido y predecesor, Néstor Kirchner.
Pero no sucedió así. Probablemente, por la sucesión de problemas que comienzan con el caso del Valijagate en Miami y que después se potencian y se amplían con el conflicto del campo y el aumento de la inflación. Es así como la Presidenta argentina no pudo dar una adecuada prioridad a la política exterior, y es en este marco que tampoco puede darle prioridad a la Presidencia del Mercosur.
En cuanto a esta Cumbre, estos encuentros de Presidentes del Mercosur tienden a superponerse cada vez más con la reunión de Presidentes de la Unión Sudamericana de Naciones. Es que sólo Colombia, entre los diez países hispanos de Unasur, está al margen del grupo regional, ya sea en condición de miembro pleno u asociado.
Además, están las Cumbres de jefes de Estado y de gobierno de América latina y la Unión Europea cada dos años; la de Presidentes de las Américas cada cuatro o cinco; las del Grupo de Río, que se hacen todos los años; y las de Jefes de Estado iberoamericanos, que también tienen frecuencia anual.
El exceso de Cumbres ha terminado por desgastarlas, a lo que ha contribuido también su poca capacidad operativa. Quizás hacia el futuro, puede pensarse en hacer una cumbre anual de Presidentes del Mercosur, que coincida también con la de Unasur, haciéndose en dos fases o dos días sucesivos.
El Mercosur, respecto a la Comunidad Andina de Naciones, muestra mayor proyección y significación, así como algo más de cohesión política y económica. Con relación al NAFTA, menos integración económica real, pero algo más de ambición política.
Para una provincia como Tucumán, una Cumbre como esta es una oportunidad de mostrarse ante la región. La habilidad con la cual lo haga, es determinante de lo que quede.
La Presidenta argentina había despertado la expectativa de que iba a dar mayor prioridad a la política exterior que su marido y predecesor, Néstor Kirchner.
Pero no sucedió así. Probablemente, por la sucesión de problemas que comienzan con el caso del Valijagate en Miami y que después se potencian y se amplían con el conflicto del campo y el aumento de la inflación. Es así como la Presidenta argentina no pudo dar una adecuada prioridad a la política exterior, y es en este marco que tampoco puede darle prioridad a la Presidencia del Mercosur.
En cuanto a esta Cumbre, estos encuentros de Presidentes del Mercosur tienden a superponerse cada vez más con la reunión de Presidentes de la Unión Sudamericana de Naciones. Es que sólo Colombia, entre los diez países hispanos de Unasur, está al margen del grupo regional, ya sea en condición de miembro pleno u asociado.
Además, están las Cumbres de jefes de Estado y de gobierno de América latina y la Unión Europea cada dos años; la de Presidentes de las Américas cada cuatro o cinco; las del Grupo de Río, que se hacen todos los años; y las de Jefes de Estado iberoamericanos, que también tienen frecuencia anual.
El exceso de Cumbres ha terminado por desgastarlas, a lo que ha contribuido también su poca capacidad operativa. Quizás hacia el futuro, puede pensarse en hacer una cumbre anual de Presidentes del Mercosur, que coincida también con la de Unasur, haciéndose en dos fases o dos días sucesivos.
El Mercosur, respecto a la Comunidad Andina de Naciones, muestra mayor proyección y significación, así como algo más de cohesión política y económica. Con relación al NAFTA, menos integración económica real, pero algo más de ambición política.
Para una provincia como Tucumán, una Cumbre como esta es una oportunidad de mostrarse ante la región. La habilidad con la cual lo haga, es determinante de lo que quede.
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