26 Junio 2008
UN CARGO CLAVE. El ex vicepresidente argentino ahora preside la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur, con asiento en Montevideo.
Para hablar con Carlos "Chacho" Alvarez, hay que comunicarse con Montevideo, donde funciona la Secretaría del Mercosur. El entusiasmo que el ex vicepresidente de la Nación manifiesta por el futuro del bloque se le nota en el tono de la voz. Por eso, no duda en afirmar que la cumbre que se desarrollará el lunes y el martes es tan importante como el que se haya elegido como sede a una provincia como Tucumán. "No hay muchos antecedentes de este deseo de dar visibilidad al interior profundo de un país", asegura con la misma sinceridad con que reconoce que poquísimas personas lo llaman por su nombre y el resto, por su apodo. Con su locuacidad habitual, el presidente de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur anticipó ayer a LA GACETA los ejes sobre los que girará el encuentro de jefes de Estado de la región.
-¿Cuál es la particularidad de la cumbre de Tucumán?
-Los países suelen elegir como sedes lugares muy turísticos o cercanos a las grandes ciudades, como Río de Janeiro, por ejemplo. Entonces, que se haya optado por una provincia del interior profundo le da gran relevancia a Tucumán, que estará en en el centro de la región. Pero también hay una interesante agenda, a la que ahora se suma esta denominada directiva-retorno aprobada por el Parlamento de la Unión Europea (UE), que penaliza duramente a los inmigrantes (indocumentados) convirtiéndolos casi en delincuentes.
-¿Esto será analizado?
-Hay mucha expectativa sobre cuál será la reacción del Mercosur y las acciones que pueda acordar frente a este decisión tan negativa. Este tema no sólo afecta a los estados parte del Mercosur, sino también a los asociados. Hay países, como Bolivia o Ecuador, a los que esto los toca en particular por la cantidad de compatriotas que residen en Europa. El Mercosur tiene mucha personalidad y goza de mucho reconocimiento por parte de la UE, que está en tratativas para firmar acuerdos con el bloque, con Sudamérica y con la Comunidad Andina de Naciones. Tucumán será partícipe de una discusión y decisión de incidencia global.
-¿Cuáles son los otros temas que acapararán la atención?
-El Mercosur constituye una potencia alimentaria; es la zona más competitiva del mundo en la producción de proteínas en momentos en que los precios suben y los productos escasean. Como es un tema relevante, creamos el Instituto de Desarrollo Social del Mercosur, del que participan los ministros de Desarrollo Social de los cinco países miembros (incluye a Venezuela), que durante la cumbre anterior anticiparon la necesidad de discutir una política de seguridad alimentaria para la región. Este es un tema central para la Argentina.
-¿Por allí puede filtrarse la crisis por las retenciones al sector agroexportador argentino?
-Ese tema está vinculado a cómo desacoplamos los precios externos de los internos, y a cómo los exportadores garantizan precios accesibles de los productos a sus propias comunidades. Esto es estratégico. La paradoja es que somos productores, exportamos al mundo y, de repente, nuestras poblaciones tienen dificultades para acceder a esos productos. Es lo que sucede en Bolivia, donde el 80% de la población no tiene gas natural, recurso del que ese país es gran exportador. El equilibrio está en asegurar internamente estos productos y que, a la vez, sean internacionalmente los más competitivos.
-¿Cuál será el clima político-institucional de esta cumbre?
-Muy propicio para profundizar la integración, porque, frente a los tres grandes problemas mundiales (provisión de materias primas, de alimentos y de energía), en América Latina disponemos en abundancia de esos recursos. A eso hay que añadir líderes que, si se suma al futuro presidente de Paraguay (Fernando Lugo), tienen coincidencias sobre los modelos de desarrollo. Habrá un debate sobre cómo puede acelerarse este proceso de integración. Como, además, asistirán presidentes de Estados asociados al Mercosur, se hablará sobre el avance del Banco de Desarrollo Sudamericano o la iniciativa de que la región cuente con un Consejo de Seguridad propio. Esto trasciende al Mercosur o tiende a emparentar su agenda con la de la proyectada Unión Sudamericana de Naciones.
-Mucha gente se pregunta adónde va el Mercosur o suele contraponerlo con el modelo de integración europeo.
-El desafío pasa por mejorar esta unión aduanera, para que la circulación de bienes, personas y servicios tenga menores distorsiones. También debemos avanzar en la dimensión social y productiva del Mercosur, por ejemplo mediante la reglamentación del Fondo para PyME o con los fondos de convergencia estructurales, que benefician a los países de economías más pequeñas, como Uruguay y Paraguay. En relación con la EU, ellos vienen trabajando desde hace 52 años y nosotros desde hace apenas 16 años. Estos procesos son difíciles, porque suponen una tensión entre lo que pasa internamente en los países y la integración misma, más en regiones que atravesaron crisis profundas, como la nuestra.
-¿Cuál es la particularidad de la cumbre de Tucumán?
-Los países suelen elegir como sedes lugares muy turísticos o cercanos a las grandes ciudades, como Río de Janeiro, por ejemplo. Entonces, que se haya optado por una provincia del interior profundo le da gran relevancia a Tucumán, que estará en en el centro de la región. Pero también hay una interesante agenda, a la que ahora se suma esta denominada directiva-retorno aprobada por el Parlamento de la Unión Europea (UE), que penaliza duramente a los inmigrantes (indocumentados) convirtiéndolos casi en delincuentes.
-¿Esto será analizado?
-Hay mucha expectativa sobre cuál será la reacción del Mercosur y las acciones que pueda acordar frente a este decisión tan negativa. Este tema no sólo afecta a los estados parte del Mercosur, sino también a los asociados. Hay países, como Bolivia o Ecuador, a los que esto los toca en particular por la cantidad de compatriotas que residen en Europa. El Mercosur tiene mucha personalidad y goza de mucho reconocimiento por parte de la UE, que está en tratativas para firmar acuerdos con el bloque, con Sudamérica y con la Comunidad Andina de Naciones. Tucumán será partícipe de una discusión y decisión de incidencia global.
-¿Cuáles son los otros temas que acapararán la atención?
-El Mercosur constituye una potencia alimentaria; es la zona más competitiva del mundo en la producción de proteínas en momentos en que los precios suben y los productos escasean. Como es un tema relevante, creamos el Instituto de Desarrollo Social del Mercosur, del que participan los ministros de Desarrollo Social de los cinco países miembros (incluye a Venezuela), que durante la cumbre anterior anticiparon la necesidad de discutir una política de seguridad alimentaria para la región. Este es un tema central para la Argentina.
-¿Por allí puede filtrarse la crisis por las retenciones al sector agroexportador argentino?
-Ese tema está vinculado a cómo desacoplamos los precios externos de los internos, y a cómo los exportadores garantizan precios accesibles de los productos a sus propias comunidades. Esto es estratégico. La paradoja es que somos productores, exportamos al mundo y, de repente, nuestras poblaciones tienen dificultades para acceder a esos productos. Es lo que sucede en Bolivia, donde el 80% de la población no tiene gas natural, recurso del que ese país es gran exportador. El equilibrio está en asegurar internamente estos productos y que, a la vez, sean internacionalmente los más competitivos.
-¿Cuál será el clima político-institucional de esta cumbre?
-Muy propicio para profundizar la integración, porque, frente a los tres grandes problemas mundiales (provisión de materias primas, de alimentos y de energía), en América Latina disponemos en abundancia de esos recursos. A eso hay que añadir líderes que, si se suma al futuro presidente de Paraguay (Fernando Lugo), tienen coincidencias sobre los modelos de desarrollo. Habrá un debate sobre cómo puede acelerarse este proceso de integración. Como, además, asistirán presidentes de Estados asociados al Mercosur, se hablará sobre el avance del Banco de Desarrollo Sudamericano o la iniciativa de que la región cuente con un Consejo de Seguridad propio. Esto trasciende al Mercosur o tiende a emparentar su agenda con la de la proyectada Unión Sudamericana de Naciones.
-Mucha gente se pregunta adónde va el Mercosur o suele contraponerlo con el modelo de integración europeo.
-El desafío pasa por mejorar esta unión aduanera, para que la circulación de bienes, personas y servicios tenga menores distorsiones. También debemos avanzar en la dimensión social y productiva del Mercosur, por ejemplo mediante la reglamentación del Fondo para PyME o con los fondos de convergencia estructurales, que benefician a los países de economías más pequeñas, como Uruguay y Paraguay. En relación con la EU, ellos vienen trabajando desde hace 52 años y nosotros desde hace apenas 16 años. Estos procesos son difíciles, porque suponen una tensión entre lo que pasa internamente en los países y la integración misma, más en regiones que atravesaron crisis profundas, como la nuestra.