15 Junio 2008
UN GRAN AÑO. Caffa se ganó el puesto y el cariño de los hinchas. Retenerlo debe ser una de las prioridades. LA GACETA / FRANCO VERA
Cayó el telón. Se terminó la temporada. San Martín coronó su actuación con la obtención del título y la fiesta fue completa. Históricamente, la vuelta olímpica representa el final de una campaña exitosa. Pero en el fútbol actual, los triunfos tienen una vida corta. Se disfrutan en el momento, pero apenas retorna la calma hay que empezar a trabajar porque las exigencias se renuevan y llegan los nuevos desafíos. En menos de dos meses, San Martín comenzará su participación en Primera. Los plazos son cortos y hay que comenzar a definir cuanto antes la situación de los futbolistas que seguirán y los que llegarán. Ese paso es clave. A la hora de elegir a los jugadores, no hay margen para el error.
El cambio es profundo y el salto de la "B" Nacional a Primera muchas veces es traumático. El que pueda mantenerse el primer año, sobrevivirá en un ambiente duro y competitivo. Durante muchos años se dijo que había jugadores para el ascenso y otros para la máxima categoría. Pero últimamente ese pensamiento comenzó a cambiar. Cada vez hay más futbolistas que llegan de las categorías bajas y equipos que, tras ascender, mantuvieron sus estructuras y lograron quedarse. Los ejemplos actuales son Tigre y Huracán.
¿Cuál es la fórmula? Difícil saberlo. Quizás lo mejor sea buscar un punto de equilibrio. Desde que comenzó el proceso de Carlos Roldán esa fue la línea elegida. Se conservó la estructura y se sumaron los refuerzos necesarios según la categoría. Y, aunque a los hinchas les gusta ilusionarse con la contratación de figuras consagradas, el DT, amante del trabajo y del orden táctico, prefiere darle prioridad al funcionamiento colectivo.
Retener a Germán Caffa sería vital. No es fácil conseguir arqueros que transmitan seguridad. Los grandes equipos lo sufren. El "uno" de San Martín es pretendido por varios clubes y hasta Diego Maradona lo puso en el podio de los mejores hace poco. Un caso especial es Juan Monge. El capitán hizo público su deseo de formar parte del plantel en Primera para ponerle el broche de oro a su carrera. No exige titularidad, sólo quiere estar. Darle el gusto sería un justo premio a todo lo que hizo en estos cuatro años.
San Martín salió a jugar su último partido de la "B" Nacional sabiendo que tenía dos rivales: Atlético Rafaela, al que debía derrotar para no depender de terceros, y Godoy Cruz, el único equipo que podía arrebatarle el título de campeón. Los mendocinos acariciaron el título durante varios minutos, pero finalmente empataron con Nueva Chicago, 1 a 1, y sus chances se desvanecieron.
Los hinchas de San Martín vivieron la definición del campeonato a dos puntas. Alentaron en La Ciudadela y estuvieron atentos a lo que pasaba en el estadio "Diego Maradona", donde jugaban Nueva Chicago y Godoy Cruz. Las preocupaciones aparecieron con el gol de Daniel Bazán Vera en el primer tiempo. Cuando Alejandro Camargo puso en ventaja al "Tomba" los rostros cambiaron. Hubo inquietud, pero sólo durante 12 minutos. Las radios informaron el gol de Jorge Cervera, que establecía la igualdad del equipo de Mataderos, y se lo festejó como propio.
Luego llegó el gol de Pablo López que igualó el partido en Tucumán, y se armó la fiesta.
El cambio es profundo y el salto de la "B" Nacional a Primera muchas veces es traumático. El que pueda mantenerse el primer año, sobrevivirá en un ambiente duro y competitivo. Durante muchos años se dijo que había jugadores para el ascenso y otros para la máxima categoría. Pero últimamente ese pensamiento comenzó a cambiar. Cada vez hay más futbolistas que llegan de las categorías bajas y equipos que, tras ascender, mantuvieron sus estructuras y lograron quedarse. Los ejemplos actuales son Tigre y Huracán.
¿Cuál es la fórmula? Difícil saberlo. Quizás lo mejor sea buscar un punto de equilibrio. Desde que comenzó el proceso de Carlos Roldán esa fue la línea elegida. Se conservó la estructura y se sumaron los refuerzos necesarios según la categoría. Y, aunque a los hinchas les gusta ilusionarse con la contratación de figuras consagradas, el DT, amante del trabajo y del orden táctico, prefiere darle prioridad al funcionamiento colectivo.
Retener a Germán Caffa sería vital. No es fácil conseguir arqueros que transmitan seguridad. Los grandes equipos lo sufren. El "uno" de San Martín es pretendido por varios clubes y hasta Diego Maradona lo puso en el podio de los mejores hace poco. Un caso especial es Juan Monge. El capitán hizo público su deseo de formar parte del plantel en Primera para ponerle el broche de oro a su carrera. No exige titularidad, sólo quiere estar. Darle el gusto sería un justo premio a todo lo que hizo en estos cuatro años.
Godoy Cruz acarició el título durante 12 minutos, pero se le escapó
San Martín salió a jugar su último partido de la "B" Nacional sabiendo que tenía dos rivales: Atlético Rafaela, al que debía derrotar para no depender de terceros, y Godoy Cruz, el único equipo que podía arrebatarle el título de campeón. Los mendocinos acariciaron el título durante varios minutos, pero finalmente empataron con Nueva Chicago, 1 a 1, y sus chances se desvanecieron.
Los hinchas de San Martín vivieron la definición del campeonato a dos puntas. Alentaron en La Ciudadela y estuvieron atentos a lo que pasaba en el estadio "Diego Maradona", donde jugaban Nueva Chicago y Godoy Cruz. Las preocupaciones aparecieron con el gol de Daniel Bazán Vera en el primer tiempo. Cuando Alejandro Camargo puso en ventaja al "Tomba" los rostros cambiaron. Hubo inquietud, pero sólo durante 12 minutos. Las radios informaron el gol de Jorge Cervera, que establecía la igualdad del equipo de Mataderos, y se lo festejó como propio.
Luego llegó el gol de Pablo López que igualó el partido en Tucumán, y se armó la fiesta.
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