01 Junio 2008
No recuerdo ningún otro período histórico en el que los adolescentes hayan escrito tanto, hayan podido expresar mediante la escritura esta necesidad tan “visible y contundente” de editar-dibujar-componer-postear por propia voluntad, en vez de escribir casi por mandato externo. En estos espacios no tan “virtuales”, niños y adolescentes hacen visibles distintas marcas de su identidad. No es la visibilidad casi pornográfica tinelliana, sino aquella en la que les muestran a otros quiénes son, qué cosas aman, qué detestan, qué sueños tienen. Imágenes y textos que van encadenándose día a día, armando una especie de álbum casi infinito escrito por un autor grupal, colectivo. En tiempos en los que los medios de comunicación nos muestran imágenes poco valiosas de los adolescentes, ellos han construido otros espacios sin barreras aparentes, en los que aspiran llegar a ser los “favoritos” (entre sus pares). Buscan reconocimiento, afecto, con-tactos, en tiempos difíciles de la vida nacional; tiempos en los que sentirse parte de un grupo, equivale muchas veces a lograr contención espiritual y social.
En los metroflog los adolescentes necesitan hacerse visibles en una red social distinta de la familia, el barrio o la escuela. Tienen necesidad de “ ser alguien importante “ frente a la mirada de los demás. Para quienes escriben en los metroflog, llegar a ser el favorito para muchos, tal vez tiene más valor que llegar a ser un best-seller. Han logrado traspasar los límites de la propia escritura y voz para mezclarse, unirse y hacerse trama múltiple con y gracias a la lectura-mirada-cercanía de los otros.
Los adolescentes tal vez nos estén demostrando a los adultos que pueden, necesitan ser escuchados, mirados, tenidos en cuenta, respetados, valorados en serio.
En muchos sentidos, las generaciones más jóvenes están transformando y construyendo una modalidad no individual de relacionarse con otros seres humanos más allá de las fronteras locales. Se atreven a jugar, abreviar, desnudar,aspectos no visibles del idioma y de los sonidos, al usar, recrear y transmitir palabras, signos e imágenes valiéndose de la semi-instantaneidad interactiva de internet.
Si bien no pueden equipararse a la escritura en la que aún están escritos la mayoría de los textos que leen en la escuela, podemos entenderlas como prácticas intra-generacionales muy interesantes, por cuanto constituyen una ruptura y una rebelión contra la mayoría de los cánones de la escritura y de los contenidos “ estándar”, pero además, porque en tiempos de tanta incertidumbre, los metroflogs pueden contribuir a sostener-acoger identidades, a reforzar aspectos positivos de la subjetividad, a poner algo más que “ oraciones y palabras “ cuando escriben. Diseñar espacios no lineales de escritura constituye una práctica que puede ser vista como innovación. Necesitamos conocer, no desvalorizar lo que las manos y cerebros adolescentes muestran día a día.
En los metroflog los adolescentes necesitan hacerse visibles en una red social distinta de la familia, el barrio o la escuela. Tienen necesidad de “ ser alguien importante “ frente a la mirada de los demás. Para quienes escriben en los metroflog, llegar a ser el favorito para muchos, tal vez tiene más valor que llegar a ser un best-seller. Han logrado traspasar los límites de la propia escritura y voz para mezclarse, unirse y hacerse trama múltiple con y gracias a la lectura-mirada-cercanía de los otros.
Los adolescentes tal vez nos estén demostrando a los adultos que pueden, necesitan ser escuchados, mirados, tenidos en cuenta, respetados, valorados en serio.
En muchos sentidos, las generaciones más jóvenes están transformando y construyendo una modalidad no individual de relacionarse con otros seres humanos más allá de las fronteras locales. Se atreven a jugar, abreviar, desnudar,aspectos no visibles del idioma y de los sonidos, al usar, recrear y transmitir palabras, signos e imágenes valiéndose de la semi-instantaneidad interactiva de internet.
Si bien no pueden equipararse a la escritura en la que aún están escritos la mayoría de los textos que leen en la escuela, podemos entenderlas como prácticas intra-generacionales muy interesantes, por cuanto constituyen una ruptura y una rebelión contra la mayoría de los cánones de la escritura y de los contenidos “ estándar”, pero además, porque en tiempos de tanta incertidumbre, los metroflogs pueden contribuir a sostener-acoger identidades, a reforzar aspectos positivos de la subjetividad, a poner algo más que “ oraciones y palabras “ cuando escriben. Diseñar espacios no lineales de escritura constituye una práctica que puede ser vista como innovación. Necesitamos conocer, no desvalorizar lo que las manos y cerebros adolescentes muestran día a día.