Héroes por un día, glorias para siempre
Desde que empezó a escribirse la historia del fútbol, hay jugadores que usan tinta dorada para anotar su nombre en las páginas gloriosas de un club. En la memoria colectiva de los hinchas, fueron, son y serán parte del "¿te acordás del gol de?" En San Martín, pocos gozan de tamaño privilegio. José Humberto Noriega (88), Jorge López (88 y 92) y Carlos Scimé (92) dejaron sus huellas. Ahora se les suma Mariano Campodónico, el goleador del partido más importante de la década.
- ¿Cómo fueron sus ascensos?
- Muy felices. Lo que pasa ahora me trae nostalgia. Siento nuevamente esa alegría única que sencillamente sirve para disfrutar. La palabra ascenso encierra muchas cosas: sacrificio, compromiso, esfuerzo. Nadie regala nada. Cuando lo conseguís sos el hombre más feliz de la tierra. (Noriega)
- Siempre lo voy a tener en la mente. Son recuerdos que quedan para toda la vida. Fui parte de un acontecimiento único por la participación directa para lograr el ansiado ascenso. No había dimensionado el importante logro que habíamos obtenido. El tiempo te hace reflexionar y darle el valor que se merece. (López)
- El ascenso que había conseguido con Quilmes no tuvo nada que ver con el que logré con San Martín. Acá lo gocé de una manera diferente. Se lo consiguió con mucho esfuerzo. Como todas las cosas que se logran, cuánto más cuesta conseguirlas, más grande es la felicidad. (Scimé)
- Sumé mi segundo ascenso. Con Belgrano fue lindo, pero distinto. Lo hicimos a través de una promoción. En esta ocasión se arrancó de atrás. Quedamos en la punta y la mantenemos todavía. Trataremos de coronar el ascenso con el campeonato. (Campodónico)
- Revivamos sus goles.
- El primero, contra Chaco For Ever, fue en La Ciudadela. Lo hice con un impecable tiro libre: especialidad de la casa. En Chaco repetí la fórmula. (Noriega)
- Ese día me tocó convertir el segundo. Nació en un lateral en nuestro campo. Agarré la pelota y se la tiré al "Mono" Campos. Hizo la pausa, dejó que llegara, me la tocó y sólo tuve que gambetear al arquero para definir. (López)
- Me tocó hacer un gol poco habitual. El olímpico que le convertí a Almirante Brown no fue el primero. Ya le había señalado a Vélez para Quilmes. Pero el de Isidro Casanova sirvió para el ascenso y es imborrable. (Scimé)
-Tuve la suerte de convertir los dos de la noche. Muchos dijeron que iba a convertir el gol del ascenso y se dio. En el primero aproveché la duda del defensor. En el segundo no me quedó más que empujarla. (Campodónico)
"A festejar"
"Tengo un cuñado que es hincha de Racing y no se dejó de sorprender por la cantidad de gente que hubo en el Obelisco. Unas 500 peronas festejaron el ascenso en Buenos Aires. Se paralizó la provincia. Tardamos cinco horas en llegar desde al aeropuerto a la cancha. Ahí uno se da cuenta de lo que hizo la noche anterior. Sólo pienso en salir a festejar", indicó Mariano Campodónico.
"Incomparable"
"San Martín es un sentimiento visceral. Cuando lo aprendés a querer se te mete adentro y no existe nada que te lo pueda arrancar", dijo Noriega. "Me inicié en Argentinos Juniors. Estuve siete años en España jugando cosas importantes, como la Copa UEFA. Pero nada se compara con lo que me tocó pasar en San Martín. Se te mete en la piel y a otra cosa", apuntó López.
La Caravana de la felicidad
El plantel regreso luego de conseguir el objetivo y lo recibió una multitud. Miles de personas esperaron en el aeropuerto y desde allí, en caravana, se dirigieron al estadio. La marcha fue muy lenta a raiz de la cantidad de hinchas que intentaron saludar a los futbolistas, que tardaron casi cinco horas para llegar a La Ciudadela.