Los apodos son un clásico

Los apodos son un clásico

Nadie se salva y van desde los obvios hasta los más insólitos y originales.

27 Mayo 2008
Poner sobrenombres es un clásico en un equipo deportivo, en especial en el fútbol. Por lo general nadie se salva y van desde los obvios hasta los más insólitos y originales.
Las ocurrencias para los apodos son frecuentes en un grupo donde la buena onda es constante. Cada jugador que integra el plantel de San Martín tiene un sobrenombre. ¿Quién los puso? Eso es secreto, pero cada uno de ellos sabe cómo lo llaman:Germán Caffa: Tito. Javier Lavallén: Lolo. Esteban Salvatore: Tota. Gonzalo Salaza: Huevo. Germán Noce: Piojo. Juan Monge: Patrón. Luciano Krikorian: Lucho.
Mario Vera: Chocolatín. Lucas Oviedo: Oreja. Pablo Cantero: Pupa. Carlos Iarossi: Yaya. Esteban Gil: Tortuga. Andrés Aparicio: Oso. Jorge Serrano: Chopi.
Ramiro Leone: Rama. Diego Romano: Chiqui. Gustavo Ibáñez: Ratón. Mariano Campodónico: Cabeza o Tanque. Juan Ignacio Acosta Cabrera: Paragua. Fabián García: Tibu. Luis Vega: Cebolla.
Fernando Cravero: Nino. Waldo Brandán: Pelo feo. Pablo López: Mugre. Emanuel Perea: Mono. Hernán de Camilo: Rulo. David Robles: Facha. Sergio Amaya: Pirata. Luis Albornoz: Nene. Javier Pliman: Amaranto. Gonzalo Jiménez: Pato. Miguel Nievas Escobar: Colo. Miguel Fernández: Monito.

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