23 Mayo 2008
LA RIOJA.- El juez Walther Sinesio Moreno (foto) comenzó a investigar el crimen de un empresario pero, a los pocos días, no sólo fue acusado de liderar la banda que cometió el homicidio sino que además habría participado en un extraño ritual con una fotografía de una turista suiza que murió en 2004, caso que él también investigó. Por ese motivo, actualmente se duda de todas pesquisas que realizó en los últimos tiempos, incluida la de Marita Verón.
El 9 de abril, el vendedor de autos Jorge Ormeño apareció asesinado a golpes en su camioneta Ford Ranger, en un barranco de la ruta que va del pueblo de Villa Unión a Guandacol. Le habrían atados las manos y después lo golpearon en la cabeza hasta provocarle la muerte.
Moreno, juez de Villa Unión, quien era amigo de la víctima, ordenó detener a Edith Casas -que habría estado ligada sentimentalmente a Ormeño- y a dos vendedores ambulantes, Jorge Díaz y Héctor Fabián. Sin embargo, al poco tiempo de que se detuvo a los sospechosos, se habría comprobado que el juez les "plantó" pruebas a los vendedores. Y uno de ellos habría denunciado que el propio Moreno le pegó para que culpara al otro. Fue entonces cuando un policía salió a denunciar que, en marzo, el propio juez Moreno lo había contactado para que matara a Ormeño. Dijo que le había ofrecido cometer el asesinato y sacarle un millón de pesos, pero agregó que desistió de participar porque el encargo del magistrado era que actuara "a cara descubierta".
El uniformado, cuya identidad se mantiene en reserva, se presentó ante la Justicia cuando vio en los diarios la noticia del crimen de Ormeño. Curiosamente, este suboficial participó en 2004 de la infructuosa búsqueda de la turista suiza Annagreht Würgler, cuyo asesinato investigaba Moreno.
En paralelo, la viuda de Ormeño acusó al juez de ser "la mente maligna detrás del crimen". A los pocos días de haberse producido el hecho, la mujer denunció que el crimen había sido pergeñado por el magistrado. (Especial)
El 9 de abril, el vendedor de autos Jorge Ormeño apareció asesinado a golpes en su camioneta Ford Ranger, en un barranco de la ruta que va del pueblo de Villa Unión a Guandacol. Le habrían atados las manos y después lo golpearon en la cabeza hasta provocarle la muerte.
Moreno, juez de Villa Unión, quien era amigo de la víctima, ordenó detener a Edith Casas -que habría estado ligada sentimentalmente a Ormeño- y a dos vendedores ambulantes, Jorge Díaz y Héctor Fabián. Sin embargo, al poco tiempo de que se detuvo a los sospechosos, se habría comprobado que el juez les "plantó" pruebas a los vendedores. Y uno de ellos habría denunciado que el propio Moreno le pegó para que culpara al otro. Fue entonces cuando un policía salió a denunciar que, en marzo, el propio juez Moreno lo había contactado para que matara a Ormeño. Dijo que le había ofrecido cometer el asesinato y sacarle un millón de pesos, pero agregó que desistió de participar porque el encargo del magistrado era que actuara "a cara descubierta".
El uniformado, cuya identidad se mantiene en reserva, se presentó ante la Justicia cuando vio en los diarios la noticia del crimen de Ormeño. Curiosamente, este suboficial participó en 2004 de la infructuosa búsqueda de la turista suiza Annagreht Würgler, cuyo asesinato investigaba Moreno.
En paralelo, la viuda de Ormeño acusó al juez de ser "la mente maligna detrás del crimen". A los pocos días de haberse producido el hecho, la mujer denunció que el crimen había sido pergeñado por el magistrado. (Especial)