05 Mayo 2008
Se prostituyen para poder pagar los estudios
En la mayoría de los casos, las jóvenes comparten el alquiler de departamentos dentro de las cuatro avenidas, donde reciben a sus clientes. Esta actividad no está penada por la ley, siempre y cuando las mujeres no sean obligadas a ejercerla. Un relato sobre fiestas VIP en Barrio Sur. Problemas de consorcio.
Más de 200 estudiantes se prostituyen en la capital tucumana, en lo que se ha constituido una nueva modalidad del "oficio más viejo del mundo". No hay ninguna ley que prohíba este trabajo; la Policía especificó que los vecinos pueden hacer denuncias en caso de ser molestados.
El número surge de un trabajo realizado por policías y por asistentes de la Fundación María de los Angeles, sobre la base de avisos publicitarios y de un relevamiento entre estudiantes desde mediados del año pasado. Las muchachas alquilan propiedades dentro de las cuatro avenidas.
Las fuentes consultadas coincidieron en que la prostitución se incrementó a partir del boom de la telefonía celular, ya que las jóvenes publicitan sus números y concertan citas muchas veces en sus propios departamentos. "No hay forma de controlarlo; únicamente se puede intervenir si se está cometiendo un delito", afirmó el comisario inspector Luis Ibáñez, jefe de la Patrulla Urbana. Hace cinco años, la Policía concretó allanamientos en departamentos ubicados en Lavalle al 700 y en La Rioja al 600. Los investigadores habían concertado citas telefónicas y, cuando comprobaron que se trataba de prostíbulos, los allanaron. Pero la Justicia luego determinó que las mujeres que estaban "trabajando" no habían cometido ningún delito. "Unicamente se debe investigar la posibilidad de que haya menores siendo prostituidas, o que las mujeres estén allí por la fuerza", explicaron en Tribunales.
En los últimos dos años, la prostitución de estudiantes explotó. "Este flagelo está inserto en todos los estamentos. Se tiene que hacer algo, si realmente hay voluntad para que este negocio se termine", afirmó Susana Trimarco, la madre de "Marita" Verón.
Las jóvenes afirman que alquilan un departamento entre cinco, y que todas trabajan. El portero de un edificio de calle 25 de Mayo aseguró que se dieron cuenta de que funcionaba un prostíbulo en uno de los departamentos porque constantemente ingresaban hombres desconocidos. "La gente del consorcio investigó hasta que averiguó que cinco chicas, todas estudiantes, se prostituían. En el acto les cancelaron el contrato. Fue un escándalo", indicó. Algo similar ocurrió en calle Buenos Aires, a pocas cuadras de la plaza Independencia. "Una noche escuchamos gritos y llamamos a la Policía. Cuando ingresaron al departamento encontraron siete chicas y 10 tipos, todos drogados y bailando desnudos. Era una orgía. Tres de las chicas, estudiantes de una facultad, alquilaban el departamento desde hacía cuatro meses y no nos habíamos dado cuenta de nada", dijo un vecino.
Julio, un joven de 26 años, relató cómo se organizaban fiestas VIP en casas del Barrio Sur con alumnas universitarias. "Las llamabas por teléfono, les decías cuántos iban a ser y te daban el precio.Todo quedaba arreglado de antemano. Era fácil", afirmó. El joven, que accedió a hablar con la condición de que se preservara su identidad, contó que cinco mujeres jóvenes de Salta y de Santiago del Estero, que tenían entre 20 y 26 años, se prostituían en fiestas privadas que ellas organizaban. "Podías ir a la casa que tenían; si no, ellas iban a donde uno las citara. Se pactaba de antemano cuántos hombres iban a participar, qué bebidas iban a tomar y en qué cantidad. Ellas llevaban todas las bebidas. Además, había que pagar la mitad antes de la fiesta y el resto al terminar", explicó. Según Julio, las fiestas duraban entre tres y seis horas. "Lo único que no se podía hacer era consumir drogas", afirmó. Agregó que el valor de una estas fiestas era de $ 1.000.
Las chicas dicen que con este sistema no tienen que repartir sus ganancias y que están más seguras. "No molestamos a nadie", aseguró una joven entrevistada por LA GACETA.
El número surge de un trabajo realizado por policías y por asistentes de la Fundación María de los Angeles, sobre la base de avisos publicitarios y de un relevamiento entre estudiantes desde mediados del año pasado. Las muchachas alquilan propiedades dentro de las cuatro avenidas.
Las fuentes consultadas coincidieron en que la prostitución se incrementó a partir del boom de la telefonía celular, ya que las jóvenes publicitan sus números y concertan citas muchas veces en sus propios departamentos. "No hay forma de controlarlo; únicamente se puede intervenir si se está cometiendo un delito", afirmó el comisario inspector Luis Ibáñez, jefe de la Patrulla Urbana. Hace cinco años, la Policía concretó allanamientos en departamentos ubicados en Lavalle al 700 y en La Rioja al 600. Los investigadores habían concertado citas telefónicas y, cuando comprobaron que se trataba de prostíbulos, los allanaron. Pero la Justicia luego determinó que las mujeres que estaban "trabajando" no habían cometido ningún delito. "Unicamente se debe investigar la posibilidad de que haya menores siendo prostituidas, o que las mujeres estén allí por la fuerza", explicaron en Tribunales.
En los últimos dos años, la prostitución de estudiantes explotó. "Este flagelo está inserto en todos los estamentos. Se tiene que hacer algo, si realmente hay voluntad para que este negocio se termine", afirmó Susana Trimarco, la madre de "Marita" Verón.
Las jóvenes afirman que alquilan un departamento entre cinco, y que todas trabajan. El portero de un edificio de calle 25 de Mayo aseguró que se dieron cuenta de que funcionaba un prostíbulo en uno de los departamentos porque constantemente ingresaban hombres desconocidos. "La gente del consorcio investigó hasta que averiguó que cinco chicas, todas estudiantes, se prostituían. En el acto les cancelaron el contrato. Fue un escándalo", indicó. Algo similar ocurrió en calle Buenos Aires, a pocas cuadras de la plaza Independencia. "Una noche escuchamos gritos y llamamos a la Policía. Cuando ingresaron al departamento encontraron siete chicas y 10 tipos, todos drogados y bailando desnudos. Era una orgía. Tres de las chicas, estudiantes de una facultad, alquilaban el departamento desde hacía cuatro meses y no nos habíamos dado cuenta de nada", dijo un vecino.
Julio, un joven de 26 años, relató cómo se organizaban fiestas VIP en casas del Barrio Sur con alumnas universitarias. "Las llamabas por teléfono, les decías cuántos iban a ser y te daban el precio.Todo quedaba arreglado de antemano. Era fácil", afirmó. El joven, que accedió a hablar con la condición de que se preservara su identidad, contó que cinco mujeres jóvenes de Salta y de Santiago del Estero, que tenían entre 20 y 26 años, se prostituían en fiestas privadas que ellas organizaban. "Podías ir a la casa que tenían; si no, ellas iban a donde uno las citara. Se pactaba de antemano cuántos hombres iban a participar, qué bebidas iban a tomar y en qué cantidad. Ellas llevaban todas las bebidas. Además, había que pagar la mitad antes de la fiesta y el resto al terminar", explicó. Según Julio, las fiestas duraban entre tres y seis horas. "Lo único que no se podía hacer era consumir drogas", afirmó. Agregó que el valor de una estas fiestas era de $ 1.000.
Las chicas dicen que con este sistema no tienen que repartir sus ganancias y que están más seguras. "No molestamos a nadie", aseguró una joven entrevistada por LA GACETA.
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