04 Mayo 2008
“SERIA GENIAL”. Titán celebró la movida, pero indicó que, en realidad, están de vuelta los hits de los años 80. LA GACETA / JUAN PABLO SANCHEZ NOLI
“No, definitivamente no tengo nada que ver con la movida, pero el hecho de que vuelvan los lentos, me parece genial, desde un punto de vista nostálgico”, responde Gustavo Filgueira (Titán) “En algún momento de mi vida me tocó musicalizar esos cortos espacios de tiempo (media hora, o 45 minutos) en bailes de colegios o fiestas privadas, pero lamentablemente, nuestra provincia no tiene espacio temporal en una noche para volver a los lentos”, advierte el dj.
Titán cuenta que el desarrollo de una noche común en La Boite es el siguiente: abre las puertas a las 22 y hasta la medianoche se desarrollan actividades operativas del local (organización de cajas registradoras, pruebas de sonido y distribución de personal). A esa hora se da comienzo a la actividad de los dj’s y se habilitan las barras a la venta; la boletería (habilitada desde las 22 como la ley lo regula) recién recibe sus primeros interesados a partir de las 0.30. El boliche llega a su punto máximo de capacidad y el funcionamiento esta al 100% entre las 2 y 2.30. Una hora y media más tarde, las luces se prenden y la noche termina. “O sea que estamos hablando de un promedio de dos horas de diversión para la gente, y en algunos casos, de una hora y media. Y ellos quieren divertirse; por eso creo que la vuelta de los lentos en los tiempos que corren, es utópico”, opina Titán. “Sin duda, es una movida novedosa, aunque suene repetitivo y nostálgico. Pero creo que la real vuelta de los lentos tiene más que ver con el regreso de los hits de los años 80, esos lentos teñidos de mucho glam. Creo que ésto es lo mas novedoso del caso, así es como en la costa atlántica implementaron esta vuelta y una marca de snacks también lo hizo en reiteradas ocasiones en el Planetario, en Buenos Aires”, afirma el dj.
“En cuanto a La Boite, en su espacio de rock destina toda la noche a la diversión (es decir, a las escasas cuatro horas de diversión que nos dispusieron hace ya dos años por ley); y en su sector electrónico, dedica dos horas a un dj local y dos horas más a un dj invitado; el primero hace lo que se llama Warm Up, comúnmente llamado la previa, y luego, el siguiente se encarga del escueto set agitador de la noche, el bien llamado Peak Hour. De lentos... ni hablar”, concluye Titán.
En Yerba Buena
En Recórcholis sucede algo similar. “Estaría bueno que vuelvan los lentos, pero con el horario tan limitado en que pueden funcionar los boliches es prácticamente imposible”, advierte el relacionista público de ese local, Pablo Capdevila. Al igual que en La Boite, en el local de Yerba Buena la gente no llega antes de las 2 o 2.30 de la mañana, y recién a partir de las 3 está arrancando la fiesta. “Antes, no pasada nada. Cuando se podía bailar hasta las 6 o más tarde aún, se podía poner hasta una hora de lentos, pero ahora no, es imposible”, dice Capdevila.
Cuando se le pregunta sobre si cree que existe una movida, responde: “en la calle la gente comenta mucho, y te preguntan, es verdad, pero dentro del boliche, no me acuerdo que alguien haya pedido este tipo de música”, concluye.
Un grupo de nostálgicos, inspirados por el slogan de una publicidad, convocó a una jornada a la luz de la luna donde los clásicos de los 70 y 80 fueron los protagonistas centrales, ante “la bola de espejos más grande del país”.
Así fue que una multitud se reunió a mediados de marzo en el Planetario; simplemente, a través de una cadena de mails.
El motivo: que los temas románticos de los 70 y 80 vuelvan a estar a la moda. Es más, ya se está pensando en declarar esa fecha (el 13 de marzo) como el Día de la Vuelta de los Lentos.
En el correo electrónico afirmaban: “hace un tiempo que estamos jodiendo con que vuelvan los lentos, y nos parece que da para empezar a hacerlo realidad”. Y luego convocaban a solteros, solteras, piratas, parejas oficiales y ex parejas a bailar lentos frente a la bola de espejos más grande del país: el Planetario, según señalaba el mail. Y, como todo nostálgico, los que convocaban al encuentro estaban en contra de los ritmos modernos que inundan las radios. “Reenvíen este post a todos sus amigos y amigas así terminamos todos lentos y lentas (Si no lo reenvían en menos de tres días, su vida se llenará de punchi-punchi o reggaeton…!!!)”.
“¿Se acuerdan de los lentos? Era el momento más esperado de la noche, donde surgía la excusa perfecta para acercarte al chico o chica que más te gustaba, o simplemente una manera más fácil de acercarte a alguien. Pero los ‘gurúes’ de la noche, por alguna inexplicable razón decidieron hacerlos desaparecer, y así condenaron al fracaso amoroso a toda una generación de chicos tímidos”, según se indicaba en los textos de los mails anónimos. Pero más allá de estas convocatorias algunos cantantes se han prendido en la movida, como Cae, que organiza su nuevo espectáculo con el nombre “Llegaron los lentos”, todos los jueves de mayo, en un teatro de Buenos Aires. Cae sorprendió con su estilo e imagen a principios de la década de los 90 con la banda Bravo y luego siguió su carrera como solista.
Titán cuenta que el desarrollo de una noche común en La Boite es el siguiente: abre las puertas a las 22 y hasta la medianoche se desarrollan actividades operativas del local (organización de cajas registradoras, pruebas de sonido y distribución de personal). A esa hora se da comienzo a la actividad de los dj’s y se habilitan las barras a la venta; la boletería (habilitada desde las 22 como la ley lo regula) recién recibe sus primeros interesados a partir de las 0.30. El boliche llega a su punto máximo de capacidad y el funcionamiento esta al 100% entre las 2 y 2.30. Una hora y media más tarde, las luces se prenden y la noche termina. “O sea que estamos hablando de un promedio de dos horas de diversión para la gente, y en algunos casos, de una hora y media. Y ellos quieren divertirse; por eso creo que la vuelta de los lentos en los tiempos que corren, es utópico”, opina Titán. “Sin duda, es una movida novedosa, aunque suene repetitivo y nostálgico. Pero creo que la real vuelta de los lentos tiene más que ver con el regreso de los hits de los años 80, esos lentos teñidos de mucho glam. Creo que ésto es lo mas novedoso del caso, así es como en la costa atlántica implementaron esta vuelta y una marca de snacks también lo hizo en reiteradas ocasiones en el Planetario, en Buenos Aires”, afirma el dj.
“En cuanto a La Boite, en su espacio de rock destina toda la noche a la diversión (es decir, a las escasas cuatro horas de diversión que nos dispusieron hace ya dos años por ley); y en su sector electrónico, dedica dos horas a un dj local y dos horas más a un dj invitado; el primero hace lo que se llama Warm Up, comúnmente llamado la previa, y luego, el siguiente se encarga del escueto set agitador de la noche, el bien llamado Peak Hour. De lentos... ni hablar”, concluye Titán.
En Yerba Buena
En Recórcholis sucede algo similar. “Estaría bueno que vuelvan los lentos, pero con el horario tan limitado en que pueden funcionar los boliches es prácticamente imposible”, advierte el relacionista público de ese local, Pablo Capdevila. Al igual que en La Boite, en el local de Yerba Buena la gente no llega antes de las 2 o 2.30 de la mañana, y recién a partir de las 3 está arrancando la fiesta. “Antes, no pasada nada. Cuando se podía bailar hasta las 6 o más tarde aún, se podía poner hasta una hora de lentos, pero ahora no, es imposible”, dice Capdevila.
Cuando se le pregunta sobre si cree que existe una movida, responde: “en la calle la gente comenta mucho, y te preguntan, es verdad, pero dentro del boliche, no me acuerdo que alguien haya pedido este tipo de música”, concluye.
En el Planetario, bailando bajo la luz de la luna
Un grupo de nostálgicos, inspirados por el slogan de una publicidad, convocó a una jornada a la luz de la luna donde los clásicos de los 70 y 80 fueron los protagonistas centrales, ante “la bola de espejos más grande del país”.
Así fue que una multitud se reunió a mediados de marzo en el Planetario; simplemente, a través de una cadena de mails.
El motivo: que los temas románticos de los 70 y 80 vuelvan a estar a la moda. Es más, ya se está pensando en declarar esa fecha (el 13 de marzo) como el Día de la Vuelta de los Lentos.
En el correo electrónico afirmaban: “hace un tiempo que estamos jodiendo con que vuelvan los lentos, y nos parece que da para empezar a hacerlo realidad”. Y luego convocaban a solteros, solteras, piratas, parejas oficiales y ex parejas a bailar lentos frente a la bola de espejos más grande del país: el Planetario, según señalaba el mail. Y, como todo nostálgico, los que convocaban al encuentro estaban en contra de los ritmos modernos que inundan las radios. “Reenvíen este post a todos sus amigos y amigas así terminamos todos lentos y lentas (Si no lo reenvían en menos de tres días, su vida se llenará de punchi-punchi o reggaeton…!!!)”.
“¿Se acuerdan de los lentos? Era el momento más esperado de la noche, donde surgía la excusa perfecta para acercarte al chico o chica que más te gustaba, o simplemente una manera más fácil de acercarte a alguien. Pero los ‘gurúes’ de la noche, por alguna inexplicable razón decidieron hacerlos desaparecer, y así condenaron al fracaso amoroso a toda una generación de chicos tímidos”, según se indicaba en los textos de los mails anónimos. Pero más allá de estas convocatorias algunos cantantes se han prendido en la movida, como Cae, que organiza su nuevo espectáculo con el nombre “Llegaron los lentos”, todos los jueves de mayo, en un teatro de Buenos Aires. Cae sorprendió con su estilo e imagen a principios de la década de los 90 con la banda Bravo y luego siguió su carrera como solista.
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