02 Mayo 2008
IMPLACABLE. Para "The Economist", Cristina ya perdió su cara nueva más importante: Martín Lousteau. IMAGEN TOMADA DE ECONOMIST.COM
LONDRES, Inglaterra/BUENOS AIRES.- Como Alicia en el país de las maravillas, pero esta es Cristina Kirchner y, el suyo, "el país de hacer creer". Así bautizó la prestigiosa publicación "The Economist" al mundo propio que -según dice- se construyó la Presidenta argentina, a la que criticó sin piedad en un artículo implacable.
Desde el título hasta la última línea de la nota, el rotativo británico no da respiro a la mandataria. "Logró una fácil victoria en las elecciones del año pasado prometiendo que mantendría la impresionante performance económica, estabilizaría las tensiones sociales y reconstruiría las relaciones internacionales. Cinco meses después de suceder a su esposo, el país está peor en esos tres asuntos", comienza.
Además, según reproduce Perfil.com, se acusa a Cristina de haber tenido una respuesta "autoritaria e impropia de un político" ante los reclamos del campo. "El 24 de abril perdió su cara nueva más importante cuando Martín Lousteau renunció al ministerio de Economía. Parece que su error fue actuar de acuerdo con la promesa de campaña de restaurar credibilidad a las estadísticas oficiales", señala.
"El reemplazo de Lousteau, Carlos Fernández, es una no entidad: en la práctica, Néstor Kirchner parece estar todavía a cargo de la política económica", fustiga.
El pasaje más corto de la nota es también el más irónico: "de acuerdo con los cálculos extra oficiales, la inflación es de 25 % (oficialmente, es de 9 %)".
"The Economist" va más allá: dice que el país de Cristina es un caos, que no genera confianza en los inversores extranjeros y que eso minó la popularidad de la presidenta: "sólo tiene un 35 % de imagen positiva".
El artículo concluye con una comparación que, se intuye, debe resultar odiosa a Cristina: la de su imagen negativa con la positiva de su par chilena, Michele Bachellet. "Al menos, Bachelet está cometiendo sus propios errores. Cristina, en cambio, está pagando el precio de la obstinación de su marido". (Especial)
Desde el título hasta la última línea de la nota, el rotativo británico no da respiro a la mandataria. "Logró una fácil victoria en las elecciones del año pasado prometiendo que mantendría la impresionante performance económica, estabilizaría las tensiones sociales y reconstruiría las relaciones internacionales. Cinco meses después de suceder a su esposo, el país está peor en esos tres asuntos", comienza.
Además, según reproduce Perfil.com, se acusa a Cristina de haber tenido una respuesta "autoritaria e impropia de un político" ante los reclamos del campo. "El 24 de abril perdió su cara nueva más importante cuando Martín Lousteau renunció al ministerio de Economía. Parece que su error fue actuar de acuerdo con la promesa de campaña de restaurar credibilidad a las estadísticas oficiales", señala.
"El reemplazo de Lousteau, Carlos Fernández, es una no entidad: en la práctica, Néstor Kirchner parece estar todavía a cargo de la política económica", fustiga.
El pasaje más corto de la nota es también el más irónico: "de acuerdo con los cálculos extra oficiales, la inflación es de 25 % (oficialmente, es de 9 %)".
"The Economist" va más allá: dice que el país de Cristina es un caos, que no genera confianza en los inversores extranjeros y que eso minó la popularidad de la presidenta: "sólo tiene un 35 % de imagen positiva".
El artículo concluye con una comparación que, se intuye, debe resultar odiosa a Cristina: la de su imagen negativa con la positiva de su par chilena, Michele Bachellet. "Al menos, Bachelet está cometiendo sus propios errores. Cristina, en cambio, está pagando el precio de la obstinación de su marido". (Especial)
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